La destrucción del tejido por la formación del absceso periodontal es rápida y es por consiguiente que el tratamiento
se debe realizar lo más pronto posible. El principio para el tratamiento es establecer
el drenaje del proceso inflamatorio y eliminar el absceso. A menudo el
drenaje de la lesión puede obtenerse durante el raspado y alisado
radicular a través de la bolsa periodontal. Se puede realizar una
cirugía por colgajo para localizar defectos óseos. La cirugía debe ser
suave y debe evitar un daño mayor al periodonto. A menudo la destrucción
ósea pueden aparecer clínicamente y macroscópicamente más extensa de
lo que realmente es. En cuanto se eliminan los factores
etiológicos la inflamación se reduce y frecuentemente ocurre
regeneración. En los casos con una destrucción periodontal que se acerca
a la región periapical, los problemas pulpares se hacen presentes
por infección retrógrada y puede desarrollar una pulpitis o
una osteitis. Los causas pulpares adicionales son comúnes en la región
de furcación y en el tercio apical de la raíz. El tratamiento consite
en el raspado y alisado radicular más el correspodiente tratamiento de
conducto. Generalmente sin embargo, la limpieza exitosa de la superficie de la raíz lleva a la eliminación del absceso y
a la incomodidad subjetiva. La ocurrencia de movilidad dental secundaria
ocasiona un trauma oclusal, que puede corregirse realizando
un desgaste selectivo, para reducir el dolor durante el proceso
curativo.
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