Historiemos
brevemente. En un Comunicado de Prensa del SMU
fechado el 6 de marzo de 1991 se decía: «Desde hace 50 años está reconocido
científicamente que el flúor es un elemento fundamental para la prevención de
la caries dental. Siendo la caries dental una de las patologías más
prevalecientes en nuestro país, es fundamental instaurar medidas masivas de
prevención. En Uruguay se promovió la fluoración del agua pero al no llevarse
a cabo tal medida, la fluoración de la sal puede ser la medida alternativa
eficaz. No se promueve mayor consumo de sal, sino que la que se consume sea
fluorada. Las experiencias de Suiza, Colombia, Hungría y Costa Rica son
alentadoras determinando que si el programa se implementa con todos los
requisitos adecuados, es de esperar un cambio favorable en los indicadores de la
Salud Bucal. Tal fue la opinión de una Comisión asesora especial integrada por
los profesores Dres. Gloria Ruocco, directora de la Cátedra de Medicina
Preventiva y Social, y Dr. Rodolfo Maggi, director de Clínica Pediátrica y
presidente de la Sociedad Uruguaya de Pediatría que el Comité Ejecutivo del
Sindicato Médico de Uruguay hizo suya en forma reciente».
A
esa fecha se remonta el comienzo de una política que el Dr. Pucci enmarca con
precisión: «La odontología se diferencia de la medicina en que sus dos
enfermedades más prevalecientes e importantes y que llevan a la mayor pérdida
de dientes tienen métodos eficaces para reducirlas realmente. El conocimiento
sobre esas enfermedades ha llevado a la creación de diversos métodos y
procedimientos preventivos. Entre ellos ocupa un lugar muy importante el flúor,
para la caries dental. A partir de famosas experiencias en la década de los
treinta se llegó a la comprobación muy clara de que una ingesta determinada de
flúor, de 1 mg diario, llevaba a una reducción importante de la caries dental.
El flúor se proporciona de diversas maneras. Hay una regla fundamental: para
combatir la caries no hay ninguna medida que sirva siempre para todo el mundo y
que sea eficaz. Hay que adoptar un conjunto de medidas.
En
ese marco, en los años ‘91 y ‘92, hicimos una encuesta a nivel nacional con
3.400 niños escolares –porque en general para simplificar las cosas se toma
como referencia del estado de salud bucal el correspondiente a los 12 años– y
se sabe cuántas caries activas obturadas que ocasionaron la pérdida del diente
hay. Esto arroja una cifra comparable a nivel mundial.
Los
resultados fueron que los niños de esa edad tenían una experiencia de caries
de 4,1. Esto comparado internacionalmente y de acuerdo con parámetros que
estableció la oms da una prevalecencia moderada, entre poca y mucha. Pero con
la especial circunstancia de que en las zonas pobres el problema era mucho peor.
Eso se da en todo el mundo».
El
Dr. Pucci recuerda: «Siempre pugnamos por la fluoración de las aguas; aquí
tuvimos casi 20 años de discusión pero no se concretó por ser un método
compulsivo y más caro. Se empezó a impulsar la fluoración de la sal, que ya
tenía el antecedente de la yodación que ayudó a combatir el bocio.
Ahí
comenzamos con el programa, en 1991. Tuvo un desarrollo lento porque no se pudo
acceder a los fondos y porque con todo lo relativo a la promoción de sal hay
que andar con pies de plomo. Nosotros somos perfectamente conscientes de
que no tenemos que aumentar el consumo de sal pero creemos que es difícil de
aumentar o de descender.
Ahora,
después de siete años de experiencia, llevamos un control de las empresas
salineras y la gráfica del consumo total de sal se ha mantenido más o menos
estable. El aumento es despreciable en la sal de uso doméstico.
Tenemos
un consumo de 75% de sal fluorada en relación con la sal doméstica y el
mensaje es: Si usted consume sal que sea fluorada.
Nos
ayudaron mucho las empresas salineras, que tuvieron una participación muy
grande.
En
1996 hicimos una encuesta en más de mil niños de doce años que daba una
diferencia muy importante de reducción a un 2,5. Eso se debe a la sal fluorada
y también al consumo de dentífricos fluorados. Hay un programa del MSP en las
escuelas y un aumento en la promoción de los temas de
salud, así que realmente estamos muy contentos.
No
obstante, vamos a hacer una encuesta similar que tendrá inicio en marzo del año
próximo para confrontarla con la del ‘91.
Pero
es importante remarcar que el índice de caries pasó de 4,1 en 1991 a 2,5 en
1996».
El
Mercosur, algunos riesgos
Pucci
alerta sobre problemáticas de la integración: «Se nos avecina una espada de
Damocles con el Mercosur.
Hay
intención de las salineras, principalmente argentinas, de entrar al mercado y
piden que se les dé vía libre. Nosotros creemos que si realmente empieza una
competencia feroz ésta se va a dar con la sal común, que tiene menor costo.
Los argentinos aparentemente no tienen interés en impulsar la sal fluorada.
Hubo
discusiones muy fuertes en el Mercosur. El MSP ha defendido muy bien nuestro
programa, que también tiene relación con otros programas. La idea es que no se
disminuyan las reglamentaciones que protegen la salud.
Estamos
pidiendo simplemente que se modifiquen muchas cosas y que se haga una
competencia leal con las salineras uruguayas que hicieron inversiones de
millones de dólares para instalar la preparación de la fluoración.
Lo
que reclamamos es que las ventas de sal anuales mantengan que la relación entre
la sal fluorada y yodada y la otra no sea inferior a un porcentaje fijado cada
seis meses. En esto somos moderadamente optimistas.
En
los otros países del Mercosur no se ha implementado como en el nuestro. En América
Latina se comenzó en Costa Rica, luego Uruguay, Colombia, Venezuela, Jamaica, México,
todos con programas en desarrollo, salvo Costa Rica que ya lo ha completado.
Nosotros ya estamos casi consolidados y nos sorprendió gratamente el resultado
del ‘96.
La
propaganda se hizo ante todo a nivel científico y no en forma masiva porque los
médicos cardiólogos nos miran con lupa, tenemos una buena comunicación con
ellos y les proporcionamos informes constantemente».
Estrategias
La
Dra. María Isabel Ramos ubicó este Programa dentro de la política
ministerial: «La estrategia primordial del Programa Prioritario de Salud Bucal
es de promoción de salud y prevención de las enfermedades prevalecientes. En
ese marco está el programa de fluoración de la sal. Hay otros programas que
apuntan al área materno-infantil, en escolares y en el binomio madre-niño
desde el nacimiento para que el niño no desarrolle la caries dental.
«La
única medida –subrayó– que abarca a todo el país y todos los grupos
etarios es la fluorterapia sistémica a través de la fluoración de la sal».
El
Dr. Pucci comentó satisfecho que «los niños libres de caries aumentaron de
15% en el ‘91 a 26% en el ‘97, lo cual significa un aumento de 77% y una
disminución en los 12 años de 36%».
Sindicato
Médico del Uruguay
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