VISTO el Expediente N° 1-2002-8941/04-3 del Registro del Ministerio de
Salud, y
CONSIDERANDO:
Que las políticas de Salud tienen por objetivo primero y prioritario
asegurar el acceso de todos los habitantes de la Nación a los Servicios de
Salud, entendiendo por tales al conjunto de los recursos y acciones de
carácter promocional, preventivo, asistencial y de rehabilitación, sean
estos de carácter público estatal, no estatal o privados; con fuerte
énfasis en el primer nivel de atención.
Que en el marco de las políticas del MINISTERIO DE SALUD se desarrolla el
PROGRAMA NACIONAL
DE GARANTÍA DE CALIDAD DE LA ATENCIÓN MÉDICA, en el cual se agrupan un
conjunto de acciones destinadas a asegurar la calidad de las prestaciones
en dichos servicios.
Que entre dichas acciones se
encuentran la elaboración de guías de diagnóstico, tratamiento y
procedimiento de patologías, normas de organización y funcionamiento de
los Servicios de Salud.
Que las citadas normativas y documentos se elaboran con
la participación de Entidades Académicas, Universitarias y
Científicas
de profesionales asegurando de esa forma la participación de las áreas
involucradas en el Sector Salud.
Que dentro de los
procesos que se desarrollan en un servicio de salud existen procesos
administrativos, económico - financieros, organizativos y asistenciales.
Que de todos ellos los
procesos asistenciales son los que fundamentan por sí mismos la existencia
de los Servicios de Salud.
Que en los últimos
años el acceso mayor a la información científica, la necesidad de
determinar adecuadamente la efectividad de los procesos asistenciales y su
vinculación con los costos han determinado que los instrumentos vinculados
a la calidad asistencial cobren una relevancia superlativa.
Que las denominadas
guías de práctica clínica, protocolos, esquemas, criterios,
recomendaciones, etc. son instrumentos de la calidad asistencial que son
utilizados frecuentemente sin tener en claro sus diferencias.
Que existen
abundantes antecedentes para poder precisar las diferencias entre cada uno
de éstos instrumentos y por lo tanto su implicancia, asi como la forma de
construirlos.
Que la DIRECCIÓN DE
CALIDAD EN SERVICIOS DE SALUD ha coordinado el proceso de construcción del
documento de ESTANDARIZACIÓN DE PROCESOS ASISTENCIALES.
Que la SUBSECRETARÍA
DE POLÍTICAS, REGULACIÓN Y FISCALIZACIÓN, COORDINADORA GENERAL DEL
PROGRAMA NACIONAL DE GARANTÍA DE CALIDAD DE LA ATENCIÓN MÉDICA, Y LA
SECRETARÍA DE POLÍTICAS, REGULACIÓN Y RELACIONES SANITARIAS han tomado la
intervención de su competencia y avalan el documento y su incorporación al
PROGRAMA NACIONAL DE GARANTÍA DE CALIDAD DE LA ATENCIÓN MEDICA.
Que la DIRECCIÓN
GENERAL DE ASUNTOS JURÍDICOS ha tomado intervención de su competencia.
Que la presente
medida se adopta en uso de las atribuciones contenidas por la “Ley de
Ministerios T.O. 1992”, modificada por Ley N° 25.233.
Por ello:
EL MINISTRO DE SALUD
RESUELVE:
ARTÍCULO 1º.- Apruébase el documento de ESTANDARIZACIÓN DE PROCESOS
ASISTENCIALES que como Anexo forman parte integrante
de la presente
Resolución.
ARTÍCULO 2º.- Difúndase a través de la Coordinación General del
PROGRAMA NACIONAL DE GARANTÍA DE CALIDAD DE LA ATENCIÓN MÉDICA el citado
documento, a fin de asegurar el máximo conocimiento y aplicación del mismo
en el marco de dicho Programa Nacional referido en el presente artículo.
ARTICULO 3º.- Agradecer a la SECRETARÍA DE SALUD DEL GOBIERNO DE
LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES, al CENTRO DE INVESTIGACIONES
EPIDEMIOLÓGICAS de la ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA y al INSTITUTO DE
EFECTIVIDAD CLÍNICA Y SANITARIA por la importante colaboración prestada a
este Ministerio en la confección del documento que figura en el anexo de
la presente Resolución.
ARTICULO 4º.- Comuníquese, publíquese, dése a la Dirección Nacional
de Registro Oficial y archívese.
RESOLUCIÓN MINISTERIAL Nº 1606
EXPEDIENTE N° 1-2002-8941/04-3
m.r.m.
ESTANDARIZACIÓN DE PROCESOS ASISTENCIALES
INDICE
II a
- Marco conceptual en la estandarización de
procesos
II b
- Evaluación de la calidad a través de procesos. asistenciales
II c
- Selección de problema o patologías para el desarrollo de GPC u otros
estándares de atención
II
d - Tipo de
documento
II c - Guías prácticas
clínica
II f -
Protocolos
II g -
Algoritmos
II h - Vías clínicas
II i -
Procedimientos
II j -
Norma
III - Elaboración e Implementación
III a - Elaboración de la
guía
III a 1 - Integración del equipo de
trabajo
III a 2 - Como organizar el
equipo
III a 3 - Características y organización del
equipo
III a 4 - Planificación de las
tareas
III a 5 - Análisis de la situación
actual
III a 6 - Análisis de la atención
vigente
III a 7 - Propuesta de
modificaciones
III b - Elaboración del
documento
III b 1 - Elaboración de la versión preliminar de la
guía
III b 2 - Reuniones de
consenso
III b 3 - Elaboración de la guía
definitiva
III b 4 - Criterios de AGREE para desarrollo de
guías
III c -
Implantación
III c 1 - Requisitos mínimos para la
implantación
III c 2 - Definición de
objetivos
III c 3 - Sistema de
incentivos
III c 4 -
Difusión
III c 5 - Desafíos para una educación adecuada en la Implementación de
guías
III c 6 - Inicio de las
actividades
III d -
Apéndice
IV
- Evaluación de calidad a través de las guías
IV
a - Principios básicos de la evaluación de
calidad
IV
b - Medidas de
desempeño
V
- Mejora de la calidad y liderazgo
V
a - Mejora de la
calidad
V
b - Abordaje en cuatros pasos a la mejora de la
calidad
V
c - El espectro de los abordajes a las mejoras de la
calidad
V d
- Mejoras de
desempeño
V
c - El rol del
liderazgo
ESTANDARIZACIÓN DE PROCESOS ASISTENCIALES
I -
INTRODUCCIÓN
La
estandarización de procesos asistenciales en los servicios de salud fue
implementada durante años a través de las clásicas normas de diagnóstico y
tratamiento. Sin embargo, el desarrollo de la Epidemiología Clínica, la
Medicina Basada en la Evidencia y la Investigación en Servicios de Salud
le otorgaron nuevas dimensiones.
Los puentes
que están surgiendo entre la investigación y la práctica asistencial y
entre ésta y la gestión son cada día más sólidos y tanto la actividad
asistencial como la Administración de Salud y la Salud Pública están
dejando de ser compartimentos estancos. La información fluye en todos los
sentidos generando una retroalimentación positiva entre todas estas
actividades.
La medición
sistemática de procesos y de resultados clínicos, así como las
repercusiones económicas que éstos generan, y las intervenciones en las
organizaciones para mejorarlos, surgen como nuevas áreas de desarrollo en
los servicios de salud. Éstos empiezan medir su efectividad en forma
colectiva, más allá de las experiencias individuales entre los pacientes y
los profesionales de la salud.
A la clásica
capacitación continua basada en la incorporación e nuevos conocimientos en
los profesionales, se le está incorporando la implementación de evidencias
científicas en la práctica. El aprendizaje no se agota en la mera
expresión documental de una guía clínica. Los datos emergentes de la
evaluación de la propia práctica a través de mediciones y los cambios que
deben introducirse para mejorarlos, también conforman el sustrato de una
nueva capacitación continua, más orientada a la efectividad clínica, a
mantener una ecología asistencial más adecuada, y aún a generar mecanismos
de recompensa profesional más apropiados.
En las
últimas décadas, la administración de salud intentó nutrirse de otras
industrias para mejorar sus dificultades de financiamiento, severamente
amenazadas por los costos crecientes. Aunque los resultados de estas
intervenciones produjeron en muchos casos efectos indeseables como
insatisfacción de los profesionales y de los propios pacientes, introdujo
-también a regañadientes- el sentido de eficiencia en la cultura
asistencial.
Sin embargo,
fueron los mismos profesionales, especialmente los de importantes centros
académicos, quienes comenzaron a promover las respuestas adecuadas, no
sólo conteniendo el gasto sino promoviendo además una atención más
efectiva. Hoy en día la calidad y la eficiencia dejaron de ser conceptos
prejuiciosamente antagónicos y tanto la efectividad clínica como el
cuidado de los recursos forman parte de la ética profesional.
A través de
los documentos que conforman esta serie se pretende orientar a los
lectores en diferentes aspectos inherentes a la estandarización de
procesos asistenciales. En primer lugar se intenta aclarar algunos
aspectos relacionados con la nomenclatura de la estandarización de
procesos. Las sutiles diferencias entre guías de práctica clínica,
protocolos y normas, por sólo nombrar algunas, no siempre quedan claras
cuando se las menciona y muchas veces estos términos suelen utilizarse
como sinónimos en forma inadecuada. También se ilustra acerca de como
implementar la estandarización en un servicio o una organización, cómo
medir el cumplimiento de los estándares y cómo introducir mejoras
continuas en los procesos.
Los
documentos están orientados no solamente a los hechos puramente técnicos
que implican estos desarrollos, sino que además también hacen referencia a
aspectos organizacionales que resultan críticos a la hora de
implementarlos. Estos aspectos no son considerados menores, dado que es
sabido que el proyecto mejor conformado desde el punto de vista técnico
puede fracasar si no se cuenta con el apoyo institucional y el liderazgo
adecuados.
Este aporte
sobre la estandarización de procesos asistenciales se presenta apenas
rozando aspectos de la Medicina Basada en la Evidencia o de la Revisión
Sistemática de la Literatura (de la cual existe abundante y buen material
en nuestro idioma). Más allá de que la metodología de instrumentación de
las evidencias científicas se ha consolidado, existen controversias acerca
de los estudios disponibles. Existen muchos estudios, cuyos resultados son
negativos, que pueden no llegar a publicarse y esto debe tenerse en cuenta
a la hora de efectuar recomendaciones. Sin embargo, aún con una cuota de
sano escepticismo, el camino de la estandarización, medición y mejoras
continuas merece ser recorrido, tanto para mejorar la calidad del cuidado
de los pacientes como para enriquecer con aportes genuinos la complejísima
gestión en salud.
Se pretende pues con este documento, brindar a todos los integrantes de
los equipos de salud de las instituciones públicas y privadas del país,
una introducción a los elementos básicos de la calidad asistencial, el
cual obviamente puede ser ahondado con la abundante bibliografía
específica existente.
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II- MARCO CONCEPTUAL
II- a - Marco
conceptual en la estandarización de procesos
Se ha documentado
y demostrado claramente que personas con el mismo problema de salud a
menudo reciben diferentes evaluaciones o tratamientos. Estas diferencias
en el proceso de atención pueden conducir a diferencias en los resultados
clínicos y además variaciones en los costos.
La adopción de
estandarización de procesos supone la necesidad de gestionar un cambio
cultural, organizativo y profesional que permita estandarizar los
conocimientos de los profesionales, y la comprensión de los beneficios
aportados por el uso de estos estándares tales como:
- cambio de actitudes entre los
profesionales - interiorización de que las recomendaciones mejoran los
cuidados-.
- cambio de comportamiento- de modo
que la práctica clínica tenga en cuenta las recomendaciones-.
- cambio en los resultados clínicos
y en la salud de la población, mejorando la calidad de la atención, la
salud y la satisfacción del paciente.
Es importante
tener en cuenta que aunque estos conceptos resulten relativamente
sencillos de entender, generar estos cambios conlleva algunas dificultades
que vale la pena tener en cuenta.
La revisión de
algunos estudios previos demuestra que la falta de aceptación cultural de
estándares de atención en la comunidad médica es un problema recurrente y
que debe considerarse seriamente. Muchas veces percibidos como externos e
impuestos para reducir costos, no resulta fácil lograr que se identifiquen
como documentos que resumen la mejor evidencia disponible para abordar
problemas.
Por esto, debería
comprenderse que los documentos que definen estándares de atención no
constituyen un objetivo en sí mismo, sino que en realidad son herramientas
necesarias tanto en la disminución de la variabilidad innecesaria en los
procesos, así como de la evaluación y mejoras de la calidad asistencial.
En el marco de la garantía de calidad, la gestión en calidad asistencial
es una actividad directamente ligada a la práctica y este accionar
impacta directamente en los resultados en salud.
Como puede
observarse en el esquema esta actividad va mucho más allá de la
documentación de estándares para la atención. Su finalidad es producir
cambios positivos en las conductas y recursos utilizados que lleven a
obtener mejores resultados
II- b Evaluación de calidad a través de la
estandarización de procesos asistenciales
Habitualmente, se
ha prestado más atención a los progresos médicos en lo concerniente a
nuevos métodos de diagnóstico y tratamiento, que a la información
sistemática de cómo se brinda la atención tanto en pacientes individuales
como en poblaciones.
Las variaciones
que se observan en el proceso de atención llevan a diferencias en los
resultados en términos de salud como enfermedad, discapacidad o muerte y,
también a diferencias en los costos –aún sin producir necesariamente
cambios en la salud.
Por lo tanto, es
necesario generar un marco de referencia o un modelo para entender la
salud en términos de mediciones. Uno de los objetivos principales de la
atención en salud es conseguir buenos resultados para los pacientes, tan
cercanos a lo óptimo como sea posible. La estandarización de procesos
asistenciales, por ejemplo las guías de práctica clínica (GPC),
constituyen un primer paso para ello.
II- c- Selección de
problemas o patologías para el desarrollo de GPC u otros estándares de
atención
Más allá de las preferencias o intereses individuales existen algunos
criterios para seleccionar una patología o un problema.
En el caso de que exista una población cubierta, los problemas de salud
identificados en ella como más importantes constituyen el marco de
orientación y apoyo en la decisión. En caso de no disponer de una
selección previa de problemas, se deberán definir una serie de criterios
que, valorados en forma conjunta, permitan seleccionar la patología.
En relación a los criterios para la selección de la patología, en general
se toman en cuenta las siguientes variables
-
Mayor prevalencia, es decir, aquellas que afectan a mayor cantidad de
personas
-
Mayor trascendencia para la comunidad por el grado de sufrimiento que
generan o por el consenso social sobre su gravedad
-
Mayor demanda de servicios
-
Mayor variabilidad en la práctica clínica y susceptibles de mejora por
normas o pautas de actuación
-
Historia natural de la enfermedad conocida y gestión factible en el
entorno específico
II- d- Tipos de
documentos
La estandarización de procesos asistenciales puede ser documentada a
través de diferentes ponderaciones, adquirir diferentes formatos y
adecuarse al alcance que tenga en su implementación.
En el contexto actual, es altamente probable que los diferentes documentos
disponibles sean denominados de diferentes formas, guías, protocolos,
algoritmos. Estas denominaciones no necesariamente responden formalmente
al tipo de documento generado y es posible que carezcan del rigor
metodológico adecuado.
Es importante destacar que cualquiera sea el formato que se adopte para la
documentación de la estandarización de conductas asistenciales, los
contenidos deben estar sustentados en las mejores evidencias científicas
disponibles, adaptadas al contexto local.
A continuación se definen y describen los formatos principales en los que
este tipo de documentos pueden presentarse.
II- e- Guías de
Práctica Clínica
Las Guías de Práctica Clínica (GPC) son enunciados
sistemáticamente desarrollados para asistir al profesional y al paciente
acerca de las decisiones de la atención médica apropiada para
circunstancias clínicas específicas (definición adoptada por el Institute
of Medicine, EEUU –Field y Lohr).
Las GPC contienen todas las actividades que se deben realizar sobre
pacientes con determinadas patologías, en sus aspectos de promoción,
prevención, diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y cuidados crónicos,
incidiendo en el nivel asistencial en que la actividad es más eficiente (Lohr
y cols., 1998). Conllevan, asimismo, un sistema de evaluación del
proceso y de los resultados, así como del grado de su utilización
Engloban, por tanto, desde las actividades puramente clínicas hasta las
de promoción de la salud y prevención de la enfermedad, junto con los
aspectos evaluativos. Las guías son recomendaciones y carecen, por tanto,
del carácter de obligatoriedad de otros elementos normativos
Permiten que los pacientes dispongan del máximo de conocimientos sobre su
enfermedad y sobre las actividades convenientes para la mejora de su
estado de salud, a la hora de mostrar sus preferencias (Cabana y cols.,
1999; Sackett y cols., 2000)
Las guías tienen por objeto ocuparse de problemas concretos de salud; y
pueden referirse a diagnósticos clínicos específicos, a grandes síndromes
o a condiciones clínicas generales. La hipótesis subyacente a las GPC es
considerar que una actuación adecuada en el momento oportuno de cada
fase de la historia natural de la enfermedad. Supone evitar el inicio de
muchas patologías, producir una mejora en su pronóstico y en la calidad
de vida de los pacientes, reducir las complicaciones y provocar una
disminución de los costos asociados en las fases más avanzadas
II- f- Protocolos
Los protocolos clínicos de actuación contienen la secuencia de
actividades que se deben desarrollar sobre grupos de pacientes con
patologías determinadas en un segmento limitado o acotado del
dispositivo asistencial.
Los protocolos
definen el manejo del cuidado de los pacientes para situaciones o
condiciones específicas. Por ejemplo, los protocolos pueden ser escritos
para el cuidado de los pacientes (sondados con sonda nasogástrica o
vesical). El protocolo describiría como cuidar del paciente con un tubo
colocado, y el procedimiento detallará como insertar o colocar la
sonda. Estos estándares podrían determinar cuán a menudo evaluar al
paciente, cómo evaluarlo y qué tipo de tratamientos son necesarios.
Los protocolos también pueden estar escritos para categorías de pacientes,
por ejemplo cuidados en maternidad. Los protocolos describirían atención
prenatal, atención postparto, así como atención de emergencia tales como
eclampsia o parto prematuro (los algoritmos también son una forma
alternativa de presentación en estos casos).
ALGUNAS DIFERENCIAS OBSERVABLES ENTRE GUÍAS Y PROTOCOLOS
|
GUIAS
|
PROTOCOLOS
|
-
Ámbito más general |
-
Ámbito más específico-local |
-
Carácter prescriptito |
-
Carácter normativo |
-
Flexibilidad clínica |
-
Rigidez de aplicación |
-
Basados en la síntesis del conocimiento |
-
No necesariamente basados en una síntesis sistemática del
conocimiento. Mejor si se basan en guías previas |
-
Metodología sistemática |
-
Grupos de expertos |
-
Atributos u objetivos definidos |
-
Indefinición en la elaboración |
-
Consenso a posteriori |
-
Consenso a priori |
-
Multidisciplinariedad en la elaboración |
-
Puede o no existir un equipo multidisciplinario |
II -g- Algoritmos
Los algoritmos se escriben en el formato de diagrama de flujo o árbol de
decisiones. Este formato provee una rápida referencia visual para
responder a una situación. Por ejemplo, los algoritmos son efectivos en
departamentos de emergencia y unidades de cuidados críticos. Cuando el
personal se enfrenta con una emergencia, como un paciente con una
hemorragia, puede tratar al paciente rápidamente siguiendo un algoritmo.
Si bien es cierto que los algoritmos son útiles en unidades en los que se
debe tomar decisiones rápidamente, también resultan muy prácticos en todo
tipo de servicios por su formato esquemático y sintético. Permiten obtener
una visión rápida del problema y sus posibles alternativas de acción.
A manera de
ejemplo se muestra el siguiente, relacionado con el manejo de contactos en
TBC.
Algoritmo de decisión para contactos de TBC infecciosa
Tomado de R. M 899/01. Soc. Arg. de Medicina Familiar, urbana y rural.
Asoc. Argentina de Medicina Familiar. Centro de Investigación y docencia
en epidemiología y Salud (CIDES). Asociación Médica Argentina. Guías de
Orientación para el de Diagnóstico y Tratamiento de los motivos
prevalentes de consulta en APS.
II- h- Vías
clínicas (Clinical Pathways)
Las vías clínicas proveen los detalles del cuidado diario para un
diagnóstico específico. La diferencia exclusiva de las vías clínicas es
que brindan un plan de atención estandardizado día a día. Estos planes son
a menudo interdisciplinarios, de tal forma que el cuidado o tratamiento
llevado a cabo por profesionales del equipo de salud están todos en el
mismo formulario. La ventaja de este formato es que la evolución del
paciente está monitoreada diariamente de acuerdo a las intervenciones
planificadas y resultados esperados. Cuando el paciente no evoluciona de
acuerdo al plan, se debe hacer una evaluación inmediatamente y la
“variación” revisada. El paciente puede no estar evolucionando debido a
problemas en el sistema; por ejemplo : medicación no suministrada. O puede
ocurrir como consecuencia de un problema como intolerancia a la medicación
Independientemente de la causa, los prestadores salud pueden intervenir. y
efectuar las correcciones debidas
La forma de
presentación más común que adoptan las vías clínicas es la de una matriz
temporal, En el eje de las abscisas se coloca el tiempo en divisiones por
días o incluso horas y la ubicación del enfermo, En el eje de las
ordenadas se distribuyen todas las acciones e intervenciones
cuidadosamente distribuidas (evaluaciones y asistencias, determinaciones
de laboratorio, tratamientos médicos y cuidados de enfermería, medicación,
actividad, fisioterapia, dieta, información y apoyo al enfermo o
familiares, y criterios de ingreso o de alta.
- Formato tipo para
desarrollo de vías clínicas
Nombre de la vía
clínica:
Estancia promedio
calculada:
|
Preadmisión |
Día
1 |
Día
2 |
Día3 |
Evaluación Clínica (e interconsultas) |
|
|
|
|
Procedimientos médicos (invasivos) |
|
|
|
|
Procedimientos enfermería y auxiliares |
|
|
|
|
Medicamentos |
|
|
|
|
Tests diagnósticos |
|
|
|
|
Actividad física |
|
|
|
|
Alimentación |
|
|
|
|
Educación del paciente |
|
|
|
|
Plan de alta |
|
|
|
|
Resultados esperados |
|
|
|
|
Variaciones |
|
|
|
|
Hoja de
variaciones de la vía clínica
H.C.:
Nombre:
Diagnóstico:
Vía clínica:
Día |
Evento crítico |
Variación y motivo |
Conducta seguida |
Revisor |
Día uno |
|
|
|
|
Día dos |
|
|
|
|
Día tres |
|
|
|
|
Día cuatro |
|
|
|
|
Tomado de:
Moyano H. Importancia de las vías clínicas en la gestión de la calidad y
de los costos hospitalarios. Revista Gestión en salud. Mayo 2003. Año 2;
Num 5: pp6-11.
II- i- Procedimientos
Los procedimientos
son instrucciones paso a paso acerca de cómo desarrollar una habilidad
técnica. Este formato a menudo incluye el uso de equipamiento, medicación
o tratamiento. Ejemplos de procedimientos podrían ser cómo administrar
sangre, colocar sondas (nasogástrica, vesical), administrar medicación
(oral, rectal, endovenosa), etc.
II -j- Norma
La Real Academia Española en su diccionario define como norma, según su
segunda acepción, de la siguiente forma “regla que se debe seguir o a que
se deben ajustar las conductas, tareas, actividades, etc.” Desde el campo
del derecho cuando se hable de una norma, estamos hablando de un
instrumento que regula y existe obligación en su cumplimiento.
En el Sector Salud las llamadas “normas de atención” constituyen un
antiguo atributo de los Servicios de Salud. Las mismas se han gestado
fundamentalmente a través de consenso de expertos y revisión bibliográfica
y no necesariamente valorando adecuadamente el nivel de evidencia
científica de los antecedentes. Habitualmente se suele expresar que las
mismas son indicativas y no de cumplimiento obligatorio. Pero la creciente
vinculación de lo legal en el sector salud, determina la necesidad de
diferenciar claramente lo que es de cumplimiento obligatorio de aquello
que no lo es. A raíz de este dilema es que dentro del proceso de
normatización de los Servicios de Salud cobra relevancia el concepto de
guía, que constituye una orientación y no una exigencia como la norma
para el Derecho.
Referencias
- Agency for Health Care Policy
and Research. Using clinical practice guidelines to evaluate quality of
care. Vol 1. Issues. Rockville, MD: US Department of Health and Human
Services, Public Health Services, 1995. (AHCPR publication No 95-0045.)
- Lohr KN, Field MJ. A
provisional instrument for assessing clinical practice guidelines. In:
Field MJ, Lohr KN (eds). Guidelines for clinical practice. From
development to use. Washington D.C. National Academy Press, 1992.
- Cabana MD, Rand CS, Powe NR y
cols.Why don’t physicians follow clinical practice guidelines? A
frameword for improvement. JAMA 1999; 282:1458-1465.
- Sackett DL, Straus SE,
Richardson WS, Rosenberg W, Haynes RB. Evidence-Based Medicine. How to
practice and teach EBM. 2ª ed. Londres: Churchill Livingstone, 2000.
- Encarna Grifell Martín, Joan
Miquel Carbonell Riera y Felipe Infiesta García. Desarrollo e
implantación de Guías De Práctica Clínica. Serie de Documentos
Técnicos de CHC Consultoria I Gestió Nº 1. Mejorando la gestión
clínica. Desarrollo e implantación de guías de práctica clínica.
Barcelona, febrero de 2002.
- Lohr KN, Eleazer K, Mauskopf J.
Health policy issues and applications for evidence-based medicine and
clinical practice guidelines. Health Policy 1998; 46: 1-19.
- Taxonomy of health system
standards 2001, Other USAID Supported Study. University Research Corp. (URC)
Center for Human Services; Joint Commission Resources ·
- Larizgoitia I. Guías de Práctica
Clínica. Evaluación Sobre Tecnologías en Salud Para Países del MERCOSUR.
OPS. Marzo 2001.
-
Resolución Ministerial 899/01. Ministerio de Salud de la
Nación. Soc. Arg. de Medicina Familiar, urbana y rural. Asoc. Argentina
de Medicina Familiar. Centro de Investigación y docencia en
epidemiología y Salud (CIDES). Asociación Médica Argentina. Guías de
Orientación para el de Diagnóstico y Tratamiento de los motivos
prevalentes de consulta en APS.
-
Moyano H. Importancia de las vías clínicas en la gestión
de la calidad y de los costos hospitalarios. Revista Gestión en salud.
Mayo 2003. Año 2; Num 5: pp6-11.
- Real Academia Española.
(1992). Diccionario de la Lengua española XXI. Espasa Calpe. Madrid.
-
Williams G. La normatización para mejorar la
calidad en los servicios de salud. Calidad en sistemas y servicios de
salud. Programa de Educación a Distancia. Medicina y Sociedad. Instituto
Universitario CEMIC. Fundación Donabedian. 2001
Volver
III -a Elaboración de la guía
Las etapas que se deben
sortear para poder implementar exitosamente una GPC son diversas, incluyen
varias acciones en diferentes terrenos e involucran a un número de
personas que puede ser insospechado.
En el siguiente esquema se puede
observar en forma rápida las diferentes tareas que idealmente deberían
encararse para la puesta en marcha de una GPC
Como puede
observarse en este esquema la tarea resulta compleja y antes de decidirse
a llevar a cabo una actividad de este tipo, deberían revisarse cada una de
las etapas que deben sortearse y analizar su factibilidad.
III-a-1- Integración del equipo de trabajo
En la medida que la participación de las autoridades sea activa y visible,
es mucho más probable que la convocatoria sea exitosa. Esta debe incluir
tanto al cuerpo técnico como a las autoridades y la adhesión de los
participantes al equipo de trabajo debería ser preferentemente voluntaria.
El equipo de trabajo debería estar constituido por representantes de cada
uno de los grupos profesionales relacionados con las actividades o
especialidades que involucra la patología o problema que se decida
estandarizar. Todos pueden realizar aportes muy significativos para
asegurar la factibilidad de los procesos. Si solamente se discuten
aspectos técnicos o de las evidencias científicas la adaptación puede
resultar dificultosa o impracticable en algunos aspectos.
El perfil de los miembros del equipo debe contemplar a profesionales que
están en contacto habitualmente con pacientes que presentan esa patología
o problema y, en lo posible, con reconocimiento de sus pares en el ámbito
de su actividad.
En algunas circunstancias los miembros del grupo de desarrollo pueden
tener conflictos de intereses de diversa índole. En estos casos esto
debería resolverse previamente de forma tal de asegurar la objetividad del
proceso de elaboración posterior.
En algunos casos puede requerirse la presencia de expertos o
profesionales que no estén en contacto directo con al equipo, pero que
pueden ser claves en la implantación de la guía. Ejemplos de este tipo de
expertos serían el oftalmólogo, el dietista o el psicólogo en una guía de
atención para diabetes.
Una vez que se constituye el equipo, deberán considerarse aquellos
requerimientos de capacitación en diversos temas relacionados con el
diseño de las guías. Para el desarrollo de la guía se requieren algunas
habilidades que tienen relación con diferentes áreas del conocimiento
tales como:
-
Búsqueda bibliográfica y recuperación de documentos
-
Epidemiología
-
Bioestadística
-
Investigación en servicios de salud
-
Conocimiento del manejo asistencial del problema
-
Manejo de procesos en grupo
-
Escritura y edición.
Es posible que sea necesario incorporar o reforzar conocimientos en estos
temas y el desarrollo de una guía es una buena oportunidad para hacerlo a
través de un caso concreto y no exclusivamente desde la teoría, como
muchas veces suele ocurrir.
III-a-2- Cómo organizar el equipo
Es necesario designar un responsable, director o coordinador del equipo,
preferentemente un profesional relevante de la organización. Deberá
contar con capacidad técnica y científica en la patología sobre la que se
desarrollará la GPC y con aptitudes para liderar el grupo. Si quien está
dispuesto a coordinar el grupo, por alguna cusa, no fuera una figura
relevante, deberá contar con el apoyo explícito de otra figura de peso
institucional.
Es importante que el responsable sea respetado por sus pares, dado que
será el encargado de conducir las reuniones y llevar a cabo el seguimiento
y control de los avances. Sin un adecuado seguimiento y acatamiento de los
cronogramas, el proyecto puede diluirse en las urgencias de las
actividades diarias.
Asimismo, es necesario que alguien se responsabilice de documentar todo
el proceso de elaboración, junto a un grupo encargado de la edición del
documento. En este deben participar el director del equipo. Este grupo
deberá encargarse de redactar los documentos de base para la discusión por
parte de todo el equipo, así como la guía definitiva.
En algunos casos, resulta útil designar una persona que se encargue de
plasmar lo estipulado en la agenda, contactando a los participantes y
convocando a las reuniones.
III-a-3- Características y Organización del Equipo
-
Multidisciplinario en todos los niveles y orientado a la patología
-
Reconocimiento científico y personal en los integrantes
-
Convocatoria y apoyo de autoridades reconocidas
- Contar
con un referente experto en el problema
-
Director del equipo con capacidad técnica y científica en la patología
-
Responsable de documentar claramente el proceso de elaboración
- Grupo
encargado de la edición del documento
-
Responsable de la agenda y citación a los participantes
III- a-4- Planificación de las tareas
El profesional responsable de la coordinación de los procesos de
elaboración de GPC deberá reunir al equipo e informarles del trabajo a
realizar, cómo se prevé que lo lleven a cabo y los plazos estipulados para
las tareas. Esto incluye las etapas principales y el cronograma contenidos
en el plan de acción. Es importante que se diseñe un diagrama con las
tareas, responsables y tiempos esperados (p. Ej un diagrama de Gantt) y
que se respeten al máximo estos plazos.
Los gráficos de
Gantt proporcionan una guía gráfica para realizar una serie de
actividades, ya que muestra la fecha de inicio, duración y superposición
de las actividades.
ESQUEMA BÁSICO DE
DIAGRAMA DE GANTT |
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01-abr |
15-abr |
01-may |
15-may |
01-jun |
15-jun |
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Tarea A |
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Tarea B |
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Tarea C |
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Tarea D |
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Los gráficos de
Gantt son muy útiles en las etapas de planificación, para marcar el inicio
esperado de cada actividad y para trazar los vínculos cronológicos entre
las actividades. Los gráficos de Gantt también sirven para hacer un
seguimiento del avance de las actividades y reprogramar estas actividades
si el avance se ha retrasado.
Cómo usarlo
Paso 1.
Indicar todas las
actividades que se deben realizar para implementar una solución.
Paso 2.
Determinar cuándo
debe comenzar cada actividad y enumerarla en orden cronológico.
Paso 3.
Trazar el esquema
para el gráfico de Gantt indicando las fechas de implementación a lo largo
de la parte superior de una hoja de papel. Indicar las actividades en una
columna al lado izquierdo.
Paso 4.
Para cada
actividad, marcar su fecha de inicio. Determinar la duración de cada
actividad y, con la ayuda de una barra horizontal, marcar su duración en
el gráfico. Continuar este proceso para cada actividad.
Paso 5.
Examinar el
gráfico y determinar si es posible efectuar todas las actividades que se
deberán realizar en forma simultánea.
Los cronogramas y
los gráficos de Gantt son óptimos para:
-
Planificar un proyecto de mejoramiento de la calidad de acuerdo a las
actividades y el tiempo
-
Comprender la superposición y secuencia de las actividades
-
Vigilar
el avance y reevaluar los plazos si el proyecto está retrasado con
respecto a lo planificado
Para que lo planificado se cumpla es necesario un liderazgo claro y
también un análisis realista de los tiempos que puede insumir cada tarea,
considerando que las mismas requieren un esfuerzo adicional y que
habitualmente no son remuneradas. No cumplir con los plazos puede resultar
desalentador para el equipo, por lo cual estos aspectos deberán vigilarse
adecuadamente, o a través de comunicaciones personales con los encargados
de cada una de las tareas o bien a través de reuniones de equipo donde se
muestren los progresos obtenidos.
III-a-5- Análisis de la situación actual
Documentación existente
Uno de los
supuestos que se debe asumir es que el equipo que participe en la
confección de la guía difícilmente cuente con una formación exhaustiva en
actividades relacionadas con la revisión crítica de la literatura. Es
importante tener claro este punto, y antes de diseñar una guía desde cero,
resulta mucho más recomendable revisar el material que ha sido publicado
al respecto, proveniente de fuentes confiables, y volcar todos los
esfuerzos en adaptar localmente la guía.
Esto no sólo
reduce el esfuerzo inicial haciendo más factible la tarea, sino que
permite volcar mayores esfuerzos en asegurar la adhesión a la guía, medir
desempeño a través de sus estándares y promover mejoras continuas de la
calidad.
Para iniciar la
elaboración de la guía, el equipo deberá analizar todos los elementos
disponibles que hagan referencia a la patología seleccionada con el fin de
facilitar el proceso. La documentación a revisar debe abarcar: guías
existentes (de la propia organización o servicio, de sociedades
científicas y otros organismos) y publicaciones científicas de diferentes
fuentes.
Siempre que sea
posible, las guías locales deberían surgir de guías nacionales con sólo
algunas modificaciones para adaptarse a los requerimientos locales. De
todas formas, cuando no existen guías nacionales, será necesario buscar
otras fuentes de evidencia para poder desarrollar la guía.
Si se parte de una
guía ésta debe estar basada en el mayor nivel de evidencia disponible y
consecuentemente su grado de recomendación. Deben estar detallados los
criterios utilizados para incluir o excluir las evidencias identificadas
por la búsqueda. Estos criterios deben ser descriptos explícitamente y las
razones para incluir y excluir las evidencias (ver recuadro) deben estar
claramente establecidos. Por ejemplo los autores de la guía pueden decidir
incluir sólo evidencias de ensayos clínicos aleatorizados y excluir los
estudios no escritos en inglés.
Esquemas de Clasificación de Evidencias y
Recomendaciones
(ver Apéndice al
final del capítulo)
Categoría de la
Evidencia
Ia
evidencia de meta-análisis de estudios aleatorizados controlados
Ib
evidencia de por lo menos un estudio aleatorizado controlado
IIa
evidencia de por lo menos un estudio controlado sin aleatorización
IIb
evidencia de por lo menos algún otro tipo de estudio quasi-experimental
III
evidencia de estudios descriptivos no-experimentales, como estudios
comparativos, de correlación y estudios de casos y controles
IV
evidencia de reportes de comités de expertos u opiniones de experiencia
clínica de autoridades respetadas, o ambas.
Fuerza de la recomendación
A basada
directamente en evidencia de categoría I
B basada
directamente en evidencia de categoría II o recomendación extrapolada de
evidencia categoría I
C basada
directamente en evidencia de categoría III o recomendación extrapolada de
categoría de evidencia I o II.
D basada
directamente en evidencia de categoría IV o recomendación extrapolada de
categoría de evidencia I, II o III.
Es importante que
se haga una descripción de los métodos utilizados para formular las
recomendaciones y de cómo se ha llegado a las decisiones finales. Los
métodos pueden incluir por ejemplo un sistema de votación, técnicas
formales de consenso (como Delphi, por ejemplo ) Deben especificarse las
áreas de desacuerdo y los métodos para resolverlas.
Sobre las guías
existentes, se debe analizar tanto su validez como la legitimidad para
el equipo. Para ello, el sistema más objetivo se basa en la aplicación de
una serie de preguntas o criterios de evaluación estándares, como los
utilizados por algunas agencias internacionales. También es útil conocer
si el personal de salud sigue o no sus recomendaciones en la práctica
diaria y los motivos, ya que esto puede orientar sobre cómo abordar
algunos aspectos de la nueva guía.
El análisis de los
artículos científicos y las revisiones realizadas sobre las intervenciones
que se aplicarán en la atención de la patología seleccionada debe
identificar la mejor evidencia existente en el momento sobre la eficacia
de las intervenciones.
Deben aportarse
los detalles de la estrategia utilizada para la búsqueda de la evidencia
incluyendo los términos de búsqueda usados, las fuentes consultadas y el
rango de fechas cubierto. Las fuentes pueden incluir bases de datos
electrónicas (por ejemplo MEDLINE, EMBASE, CINAHL), bases de datos de
revisiones sistemáticas (por ejemplo Cochrane Library, DARE) búsqueda
manual en revistas, revisión de comunicaciones de congresos y otras guías
clínicas (por ejemplo la US National Guideline Clearinghouse, o NICE –
Reino Unido).
En un documento
(Fundación Salud ) se hace referencia a que la actualización
bibliográfica, la revisión no sistemática de la literatura, los métodos de
consenso entre profesionales, así como la adaptación local de GPC de
reconocimiento internacional suelen ser los métodos más utilizados para la
elaboración de GPC, mientras que la revisión sistemática con o sin
meta-análisis, el análisis de costo efectividad y las preferencias de los
pacientes, lamentablemente apenas se utilizan en la práctica. Esta
tendencia debe ser revertida.
Las guías que se
basan en el consenso u opinión de expertos o en una revisión
no-sistemática de la literatura pueden no reflejar correctamente los
conocimientos vigentes y por lo tanto pueden estar sujetas a sesgos de
contenido. Ejemplos de este tipo de guías suelen ser mucho más frecuentes
que lo deseable. La literatura utilizada en la guía clínica debería ser
identificada a través de una estrategia de búsqueda explícita,
seleccionada a través de criterios de inclusión y exclusión definidos y
evaluados contra estándares metodológicos consistentes. Algunos ejemplos
de organizaciones en las que se pueden encontrar referencias basadas en
estas metodologías fueron mencionadas anteriormente.
III-a-6- Análisis de la atención
vigente
Una vez analizadas
los guías existentes y revisada la literatura, debería realizarse una
revisión de la atención vigente, para evaluar cómo se está realizando el
proceso de atención, identificar discrepancias con la evidencia y proponer
las posibles modificaciones.
Para ello, deben
considerarse los procesos principales, directamente relacionados con la
atención al paciente, y los procesos de soporte que son colaterales como
suministro de material o insumos, suministro de productos farmacéuticos,
documentación clínica, etc.
El objetivo de
esta actividad es conocer cómo se está manejando la patología seleccionada
en el medio en el que se deberá aplicar la guía por elaborar. Identificar
los puntos críticos del proceso -actividades descriptas en la práctica
actual que no tienen concordancia con las recomendaciones- y todas
aquellas actividades recomendadas por la evidencia que no se realizan en
la práctica actual.
Para ello, se
describen todas las actividades que se realizan actualmente dentro del
proceso principal de atención al paciente, qué profesionales intervienen,
así como el lugar donde se realiza. Vale aclarar que veces estos procesos
son muy dispares o directamente no son identificables claramente por falta
de uniformidad en el accionar o porque determinadas recomendaciones de la
guía resultaron novedosas. En estos casos deben definirse nuevos
procesos.
III-a-7- Propuesta de modificaciones
Las
recomendaciones pueden requerir recursos adicionales para ser aplicadas.
Por ejemplo, puede necesitarse más personal especializado, nuevos equipos,
o tratamientos farmacológicos caros que podrían tener implicaciones en la
financiación, aunque es probable encontrar habitualmente deficiencias de
organización. Puede resultar trascendente documentar una discusión sobre
el impacto potencial en los recursos.
Para ello, y una
vez identificados los problemas y sus posibles causas, el equipo de
trabajo, junto con los profesionales que se requieran en cada momento,
deberán plantear de manera conjunta y consensuada las posibles
modificaciones que se incorporarán en la GPC por elaborar.
III -b
Elaboración del Documento
III-b-1- Elaboración de la versión preliminar de la
guía
Con todos los
elementos surgidos hasta este momento, debe efectuarse una síntesis de la
práctica actual, la evidencia científica consultada y propuestas de
modificaciones consensuadas del proceso de atención, para elaborar una
versión preliminar de la guía. El objetivo de este documento es que sirva
como elemento de trabajo y discusión a todos los miembros del equipo de
trabajo, y como base para la elaboración de la guía definitiva.
La versión
preliminar de la guía define las actividades que se realizarán en todo el
proceso asistencial (tanto las clínicas como las administrativas
relacionadas con el proceso de atención), el rol de los profesionales en
cada ámbito, el grado de resolución de cada nivel asistencial implicado,
así como los criterios para las derivaciones de pacientes. Para cada una
de las actividades clínicas deberá especificar su frecuencia, el nivel
asistencial en que se realiza, el profesional que la indica y el que la
ejecuta.
Una vez redactado
el documento, debe ser remitido a todos los miembros del equipo de trabajo
y al experto de referencia, para que procedan a su análisis exhaustivo y
realicen las observaciones que consideren oportunas.
El contenido de la
versión preliminar de la guía de práctica clínica (sin que esto implique
un esquema rígido) podría resumirse de la siguiente manera:
-
Índice
-
Introducción
-
Objetivo, definición del problema de salud y caracterización
-
Actividades preventivas
-
Actividades de diagnóstico
-
Intervenciones terapéuticas (farmacológicas y no farmacológicas)
-
Seguimiento y control
-
Criterios de derivación
-
Bibliografía
III-b-2- Reuniones de consenso
Con el objeto de
analizar detenidamente el contenido del documento y llegar a un acuerdo
respecto a los aportes que los miembros del equipo de trabajo y el
clínico experto de referencia hayan realizado, se deben llevar a cabo una
o más reuniones de consenso. Ésta se debe desarrollar en un ámbito que
evite las interrupciones y asistirán el equipo de trabajo y el experto de
referencia. Para optimizar el resultado de esta reunión, es recomendable
la presencia de un moderador o dinamizador externo experto o conocedor,
como mínimo, de las técnicas de trabajo en grupo y de las técnicas de
consenso, que guíe el desarrollo de la reunión.
Dependiendo de la
complejidad de los temas, del grado de controversia que exista y del nivel
de discusión que se establezca, esta reunión de consenso se puede realizar
en varias sesiones. Los acuerdos deberán ser tomados siempre por consenso
entre todos los participantes en la reunión.
El resultado de
estas la reuniones es la versión preliminar de la guía con las
modificaciones que se hayan ido incorporando a través del consenso. Es
importante señalar que no se puede dar por concluido el trabajo hasta
haber logrado el consenso en todos los aspectos del proceso de atención.
III-b-3- Elaboración de la guía definitiva
Con el proceso de
atención consensuado, la comisión de redacción elaborará la guía
definitiva.
Antes de la
elaboración de la guía definitiva -y según corresponda en cada caso- vale
la pena tener en cuenta los criterios que utiliza AGREE (Appraisal of
Guideline Research and Evaluation) que es una colaboración de países
europeos Canadá, EEUU, Nueva Zelanda y Australia para orientar a los
desarrolladores de Guías de Práctica Clínica). Aunque estos criterios
están destinados fundamentalmente a grupos de desarrollo primario de estas
guías, resulta útil tenerlos en cuenta aún cuando se pretenda adaptar una
guía.
III-b-4-
Criterios de AGREE para desarrollos de guías.
1. Los objetivos
generales de la guía deberían ser específicamente descriptos
2. Las preguntas
clínicas cubiertas por la guía deberían ser descriptas específicamente
3. Los pacientes
en los cuales la guía sería aplicada deberían ser específicamente
descriptos
4. El grupo de
desarrollo de la guía debería incluir individuos de todas las profesiones
relevantes
5. Las
preferencias de los pacientes deberían ser consideradas
6. Los usuarios
finales de la guía deberían ser definidos claramente
7. La guía debería
ser probada con usuarios finales
8. Deberían
utilizarse métodos sistemáticos para buscar la evidencia
9. Los criterios
para seleccionar la evidencia deberían ser claramente descriptos
10. Los métodos
utilizados para formular las recomendaciones deberían ser claramente
descriptos (consenso formal)
11. Al formular
las recomendaciones han sido considerados los beneficios en salud, los
efectos secundarios y los riesgos.
12. Debería
existir un vínculo específico entre las recomendaciones y las evidencias
que la soportan
13. La guía
debería ser revisada externamente por expertos antes de su publicación
14. Debería
preverse un procedimiento para actualizar la guía
15. Las
recomendaciones deberían ser específicas y no ambiguas
16. Las diferentes
opciones para el diagnóstico y/o tratamiento del problema deberían ser
presentados claramente
17. Las
recomendaciones claves deberían ser fácilmente identificables
18. La guía
debería ser apoyada con herramientas de aplicación
19. Las barreras
potenciales para la aplicar las recomendaciones de la guía deberían ser
consideradas
20. Los costos
potenciales de aplicación deberían ser considerados
21. Las guías
deberían presentar criterios claves de revisión para propósitos de
vigilancia y auditoría.
22. La guía
debería ser editorialmente independiente de la fuente de financiamiento
23. Los conflictos
de interés de los miembros del desarrollo de la guía deberían ser
registrados.
Los usuarios
deberían poder encontrar fácilmente las recomendaciones más relevantes.
Tales recomendaciones responden a las principales cuestiones clínicas
abordadas en la guía. Pueden identificarse de diversas formas. Por
ejemplo, pueden ser resumidas en un recuadro, escritas en negrita,
subrayadas, o presentadas mediante diagramas de flujo o algoritmos.
Los flujogramas o
diagramas de flujo que constituyen la representación gráfica de todo el
proceso de atención describen los pasos clave definidos en la guía, de una
manera lógica y consecutiva. Su objetivo es facilitar, de forma gráfica,
las decisiones clínicas secuenciales (diagnósticas, terapéuticas o de otro
tipo) que hay que tomar frente a un problema o situación concreta del
proceso de atención. (ver Algoritmo de decisión para contactos de TBC
infecciosa - en Antes de Empezar)
Para que una guía
sea efectiva necesita ser diseminada e implantada mediante materiales
adicionales. Estos pueden incluir por ejemplo un resumen de consulta
rápida, herramientas educativas, folletos para pacientes o soporte
informático, las cuales deben ser suministradas junto con la guía clínica.
El formato
definitivo de la guía debe contener, además algunos elementos importantes
para la aplicación y evaluación de la guía. Estos elementos pueden ser
indicadores de evaluación, resumen operativo, requisitos mínimos para la
implantación.
En los anexos, se
pueden incluir materiales educativos, formularios que se aplicarán a
pacientes o aquellos elementos que se estimen convenientes. Estos
contenidos podrán adaptarse a los diferentes formatos propuestos (ver
Antes de Empezar) según las necesidades de implementación.
Un modelo de
contenido de la guía de práctica clínica definitiva podría ser el
siguiente:
-
Índice
-
Introducción
-
Objetivo, definición del problema de salud y caracterización
-
Texto
completo sobre el proceso de atención
-
Resumen
operativo
-
Flujogramas y algoritmos
-
Requisitos mínimos para la implantación
-
Indicadores de evaluación
-
Equipo
de elaboración
-
Fecha
de elaboración y fecha propuesta de revisión
-
Bibliografía
-
Anexos
Debido a que el
documento de la guía definitiva puede contener un volumen considerable de
información, es importante elaborar un resumen operativo de consulta
rápida, que permita a los profesionales encontrar rápidamente aspectos
concretos del proceso de atención.
Las guías
necesitan ser un reflejo de la investigación actualizada. Deben establecer
claramente un procedimiento de actualización. Por ejemplo pueden
establecer un cronograma o un sistema para incorporar búsquedas
bibliográficas actualizadas regularmente y realizar los cambios
requeridos. Habitualmente se propone que la revisión de la guía se efectúe
a los 2 años. En aquellas patologías en las que los avances científicos se
produzcan con mayor celeridad la fecha de revisión debería acortarse.
Una vez elaborados
todos los apartados de la guía, el grupo a cargo de la redacción la
distribuye al equipo de trabajo para validar su contenido completo. Los
usuarios a los cuales se dirige la guía deben estar claramente definidos
en la misma, de modo que éstos puedan determinar de inmediato si la guía
es relevante para ellos. Por ejemplo, los
usuarios de una
guía sobre el dolor lumbar pueden incluir médicos generales, neurólogos,
cirujanos ortopédicos, reumatólogos y fisioterapeutas.
Si se cree
conveniente, se puede enviar también a otros expertos internos y/o
externos a la organización para su revisión y validación definitiva por el
grupo de trabajo o través de una nueva reunión de consenso si fuera
necesario.
Llegado a este
punto la guía debe ser oficialmente aprobada para que cobre vigencia
institucional y que el personal comprenda que estos lineamientos en la
atención implican un compromiso institucional.
III c- Implantación
III-c-1-
Requisitos mínimos para la implantación
Es importante
contar con un líder o responsable de la implantación. Este responsable se
encargará de comprobar que las necesidades de la misma están cubiertas,
asegurar su la difusión de la guía a todos los usuarios, organizar la
capacitación de todos los profesionales implicados, hacer el seguimiento y
la evaluación e informar periódicamente a todo el personal de los avances.
III-c-2- Definición de objetivos
Según lo
establecido en el alcance de la implantación, y teniendo en cuenta los
indicadores de evaluación incluidos en la guía, se deben definir objetivos
concretos que se buscan alcanzar en cada actividad, con el fin de
especificar los resultados esperados de la implantación y determinar los
parámetros de evaluación de la misma. Estos objetivos deberán comprender
aspectos del proceso de atención (aplicación de las recomendaciones de la
guía), y de los resultados que hay que obtener, teniendo en cuenta que al
principio será más fácil centrarse en el proceso, para ir paulatinamente
incluyendo objetivos de resultados.
La fijación de
objetivos se realizará a partir de la situación actual de la actividad
concreta (línea de base), en caso de disponer de dicha información. En
caso contrario se puede tomar como referencia valores estándares de la
literatura. Es muy importante poder cuantificar aspectos relevantes de la
guía. Los procesos de medición son los que realmente evidencian mejoras (o
no) en el proceso asistencial que es lo que en definitiva se persigue.
Los objetivos se
definirán por un periodo determinado, al final del cual serán evaluados y
revisados, y se podrán fijar nuevos objetivos para el periodo siguiente.
III-c-3- Sistema de incentivos
Un aspecto que hay
que considerar en la implantación de las guías es la modificación de
conductas a través de incentivos a los profesionales. Los incentivos
pueden ser de carácter económico o no, dependiendo de las políticas y
posibilidades de la organización y deberían ir ligados al cumplimiento de
objetivos. El sistema de incentivos, si existiera, debería ser conocido en
detalle por los profesionales que van a aplicar la guía, antes del inicio
de la implantación.
Un estudio (Dixon)
identificó que en organizaciones privadas en las que se implementaron
programas de manejo de enfermedades crónicas, algunos de los factores
relevantes para la adhesión a los estándares fueron:
-
Metas
bien alineadas entre médicos y administradores
-
Inversión en tecnología de información y atención a la precisión de los
datos clínicos
-
El uso
de incentivos financieros para modelar la conducta asistencial
En una revisión
sistemática (Chaix-Couturier y col.) que evaluó el impacto de los
incentivos financieros en los costos, procesos o resultados, se concluyó
que pueden ser usados para reducir la utilización de recursos de salud,
mejorar la adhesión a las guías de práctica clínica o conseguir alguna
meta general en salud.
III-c-4- Difusión
Antes de la
implantación, debe asegurarse que la guía llegue a todo el personal de
salud que deberá aplicarla. Existen múltiples estrategias de difusión que
dependerán del ámbito de elaboración y aplicación, así como de los medios
disponibles
La educación
centrada en el profesional es un método relevante utilizado para influir
en el cuidado del paciente y mejorar los resultados. La elección de una
estrategia, técnica de enseñanza, y contenidos de un programa educacional
requiere reflejar objetivos educacionales claros. Estos incluyen mejorar
la percepción de las guías y la evidencia en que se sustentan; las
creencias acerca de su propiedad, efectividad y factibilidad, y las
habilidades necesarias para implementar guías que optimicen la
efectividad.
Grimshaw y
colaboradores han dividido las estrategias educacionales en dos tipos:
- estrategias de diseminación,
diseñadas para influenciar acerca de la toma de conciencia de que las
guías existen, conocimiento y actitudes hacia las guías y sus
recomendaciones
- estrategias de implementación,
diseñadas para mejorar la adhesión a las recomendaciones, transformando
cambios en conocimiento y actitudes para cambios en la atención.
Existe una
superposición considerable en estos tipos de actividades y estrategias que
pueden ser utilizadas para afectar el conocimiento, la toma de conciencia,
las actitudes y las habilidades. De todas maneras, las actividades
diseñadas para afectar el conocimiento y la toma de conciencia son más
informativas, mientras que aquellas que necesitan cambiar actitudes y
habilidades requieren interacción y oportunidades para practicar las
habilidades.
Para el
conocimiento y toma de conciencia de las guías, es importante realizar una
presentación con los aspectos más significativos de su aplicación a todo
el personal de la unidad, con recepción de sugerencias o enmiendas que
deberán valorarse.
En cada caso se
definirá el número de ejemplares que se entregará y qué profesionales
deben tener la máxima accesibilidad a la documentación. Lo más
recomendable es entregar un resumen para cada uno de los profesionales del
equipo de salud centro o unidad, además de dejar un ejemplar completo para
consulta de todo el personal. Cuando sea posible, se utilizará, además,
algún tipo de soporte informatizado. Deberían efectuarse visitas
personalizadas de los responsables de la implantación, sobre todo si se
detectan resistencias concretas.
Las modalidades de
la educación médica continua tradicional, en forma de charlas, ateneos, o
notificaciones breves son buenas para mejorar la toma de conciencia, pero
tienen poco efecto en relación a las actitudes y habilidades en la
atención.
Los talleres
ofrecen oportunidades para la interacción y estrategias de enseñanza y
aprendizaje múltiples, pero requieren más recursos y tiempo del
profesional que la diseminación de información simple. Si se dispone de
recursos tecnológicos, los currículos interactivos a través de Internet,
los videos interactivos, y otras tecnologías electrónicas también pueden
ser utilizados para facilitar el desarrollo de estas actividades.
La educación debe
ser considerada e implementada dentro del contexto de otras intervenciones
a nivel organizacional, y a nivel de los servicios asistenciales. Las
intervenciones para cambiar la conducta del profesional pueden ser
agrupadas en tres tipos: 1) política organizacional; 2) sistemáticas de
atención y procedimientos; y 3) educación del profesional.
Un modelo
desarrollado por Green y Kreuter indica que para que los profesionales
usen la información que tienen, se necesitan estrategias que permitan la
implementación por parte del médico de procesos clínicos recomendados y
que refuercen el uso de las guías.
Los sistemas
electrónicos de atención y procedimientos, incluyendo seguimiento del
paciente y recordatorios a los profesionales, ayudan a los médicos a
implementar las guías y cambiar la forma en que se desarrolla la actividad
asistencial. La forma más efectiva parece ser el uso de recordatorios y
entrenamiento adecuado combinados (Ockene y colaboradores).
Las políticas
organizacionales y las normas también deben estimular la aplicación de las
guías. Esto incluye la promoción de las actividades de garantías de
calidad, transparencia en el desempeño, y soporte para el personal y los
sistemas de información que permitan y refuercen la implementación de las
guías por parte de los profesionales. Estrategias administrativas y de
personal tales como la retroalimentación y mediciones del desempeño
también resultan necesarias para reforzar el uso de las guías.
III-c-5- Desafíos para una educación adecuada en la
implementación de guías
Si se pretende que
los médicos implementen las guías de atención, es necesario que se
investiguen sistemáticamente y se mejoren las acciones que favorecen y
refuerzan las habilidades ya aprendidas (ver Mejoras Continuas).
Los desafíos de la
educación para la implementación de las guías en el lugar de atención son
muchos. El primer desafío es el liderazgo organizacional para evitar que
los médicos no adhieran a una intervención en particular, o no sepan cuán
efectiva es esa intervención. Frecuentemente, una de las primeras
preguntas que se formulan es “¿Por qué tengo que aprender esto?”. Sin un
convencimiento claro, existe una baja probabilidad de que los nuevos
patrones de atención se pongan en práctica y se mantengan.
Para lograr este
desafío, es necesario educar y trabajar con los líderes administrativos y
clínicos a fin de incrementar su comprensión acerca de la importancia del
liderazgo y que el compromiso institucional y las expectativas son una
meta clave en las mejoras de los procesos y resultados en los pacientes.
Es necesario
discutir las implicancias y las necesidades de los médicos, incluso
recurriendo a los líderes de opinión para facilitar la discusión. Con una
comprensión mayor de las mismas, mejoran las capacidades para diseñar las
intervenciones en el lugar de atención.
III-c-6- Inicio de las actividades
Es muy importante
fijar una fecha concreta para el inicio de las actividades. Una vez
establecida la misma, el líder o responsable de la implantación debe
asegurarse de que se han cubierto las necesidades identificadas y
consensuadas, y de que se ha realizado la difusión y la capacitación
previstas. Es decir, que los profesionales están capacitados y disponen de
los recursos y documentación necesarios, y que están planificados los
cambios organizativos correspondientes. Asimismo, habrá que comprobar que
todo el personal está en conocimiento de lo que se va a realizar y, que
existe el material informativo necesario y adecuado.
III-d- APENDICE
Las evidencias en
las cuales se sustentan las guías surgen de los estudios que soportan tal
o cual conducta o establece asociaciones causales entre diferentes
variables.
Existen diversos
tipos de estudios que genéricamente podrían denominarse como descriptivos
o analíticos, de corte transversal o longitudinales, prospectivos o
retrospectivos, controlados o no controlados, etc.
No esta la
intención de este documento proveer un análisis pormenorizado de la
revisión sistemática de la literatura o de la medicina basada en la
evidencia. Se considera que existe una serie de documentos disponibles que
se ocupan de estos temas y que podrían consultarse si existiera interés en
profundizar acerca de los mismos.
No obstante, ya
que fueron mencionados anteriormente, a continuación se describen las
características generales de los principales estudios que pueden ser
encontrados en la búsqueda de las evidencias científicas que sustenten las
GPC y algunos otros conceptos útiles que se enuncian a continuación:
Cohorte |
Se trata de un diseño de investigación.
El termino Cohorte denomina a un grupo de personas con
características comunes o grupos de características. Este grupo es
seguido a lo largo del tiempo, generalmente, para determinar la
incidencia de determinada patología, trastorno o complicación. |
Ensayo Clínico Aleatorio Controlado |
Es un estudio en el cual los individuos
son asignados aleatoriamente (al azar) para recibir o no un
procedimiento terapéutico, preventivo o diagnóstico y entonces
evaluar el efecto de la intervención. Existe por lo menos un grupo
control para evaluar el procedimiento. Un ensayo aleatorizado es un
verdadero experimento en que se asignan los pacientes, por un
mecanismo aleatorio, a una intervención en estudio o alternativa
(otro agente o ninguna exposición en absoluto). |
Ensayo Clínico no aleatorio Controlado |
Es un estudio en el cual se asignan
pacientes a cada uno de los grupos según la conveniencia del
investigador. |
Estudio Antes-después |
Se comparan los resultados en una
población antes y después de realizar una intervención o que suceda
algún cambio no manipulado por el investigador. En el primer caso
evalúa efectividad de una intervención (Ej: programas de garantía de
calidad). En el segundo caso evalúa el impacto de algún suceso (Ej:
prevalencia de enfermedad pulmonar antes y después de la instalación
de una fabrica en el barrio). En el primer caso se considera un
estudio de intervención y en el segundo se trata de un estudio
observacional. |
Estudio
Caso-control |
Cuando el resultado de interés es muy raro o toma un tiempo largo
para desarrollarse, los estudios de cohorte tampoco pueden ser
factibles. Los investigadores pueden usar un diseño alternativo en
que se identifican los casos (pacientes que ya han desarrollado el
resultado de interés). Eligen controles (personas que no tienen el
resultado de interés), pero similares a los casos con respecto a
determinantes importantes como edad, sexo y condiciones médicas
coexistentes. Los investigadores pueden evaluar entonces
retrospectivamente la frecuencia relativa de exposición al agente
nocivo entre los casos y controles. Como con los estudios de
Cohorte, los estudios caso-control son susceptibles de sesgos por
características no medidas. Por consiguiente, la fuerza de la
inferencia que puede deducirse de los resultados puede estar
limitada. |
Estudio de Cohorte
(Prospectivo) |
Cuando no es factible
asignar a los pacientes al azar a una intervención, se debe
encontrar una alternativa a un ensayo aleatorizado. En un estudio
de Cohorte, el investigador identifica grupos expuestos y
no-expuestos de pacientes a un determinado factor. Los sigue en el
tiempo, mientras supervisa la aparición del resultado de interés (outcome).
Es un estudio prospectivo de investigación de factores que podrían
causar un trastorno en el cual un grupo está expuesto al factor de
riesgo (posible causal) y el otro no. El diseño permite estimar
incidencia del evento en expuesto y en no expuestos al posible
factor de riesgo. |
Estudio de Cohorte
Retrospectivo |
Cuando el investigador
utiliza un seguimiento realizado por otro motivo al de su
investigación (EJ: registros de la historia clínica para el
seguimiento clínico de los pacientes) y puede reconstruir
temporalidad, asegurando que el registro de la exposición fue previo
al del evento, se pueden considerar Cohortes retrospectivas. |
Estudio de Corte Transversal |
Tipo de estudio donde las variables
principales se miden una sola vez y prácticamente al mismo tiempo.
Son útiles para estimar prevalencia de una enfermedad
fundamentalmente si la medición de la patología de interés se
realiza con el estándar de referencia. |
Estudios Cuasi-experimentales |
Constituyen una
versión limitada de la estrategia experimental . La limitación más
importante es la eliminación del requerimiento de la selección al
azar, lo cual impacta en una reducción de la capacidad para
establecer conclusiones. Algunos estudios antes y después podrían
incluirse dentro de esta categoría. |
Meta-análisis |
Es una revisión
sistemática que combina los resultados de diferentes estudios
similares previamente comunicados a través de una estrategia
cuantitativa |
Revisión
Sistemática |
Es un tipo de revisión
que intenta responder una pregunta específica utilizando estudios ya
comunicados a la comunidad científica. Tiene una metodología de
búsqueda rigurosa con criterios explícitos de elegibilidad de los
estudios. Se realiza una evaluación crítica de los estudios que
satisfacen los criterios de elegibilidad. Las revisiones
sistemáticas resumen la evidencia científica (en contraste con
revisiones narrativas que mezclan opiniones y evidencia). Se
realizan siguiendo un protocolo de investigación. La estrategia de
búsqueda es reproducible. Estas revisiones se dirigen a preguntas
específicas de tratamiento, diagnóstico, o pronóstico. |
Referencias
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IV -a- Principios básicos de la evaluación de calidad
La medición de la
calidad de la atención médica es uno de los desafíos más importantes de
los próximos años. En las últimas décadas, la efectividad creciente de
muchas intervenciones y los costos acelerados de la atención han creado
una necesidad de evaluar urgentemente estos problemas.
Existen numerosas
razones por las cuales es importante mejorar la calidad de atención,
incluyendo el aumento de la transparencia en el accionar de los
profesionales y administradores, eficiencia en la utilización de recursos,
identificación y reducción de los errores médicos, optimización de la
efectividad en la atención, mejoras en los resultados, y alineación de la
atención con los intereses de lo que los pacientes quieren, además de lo
que necesitan.
Debido a que los
objetivos de la salud se centran en conseguir buenos resultados o
mejoría de los pacientes, es necesario generar un marco de referencia o un
modelo para entender la salud en términos de mediciones.
La medición de la
calidad debería determinar si el proceso de atención provisto a un
paciente o una población
1) consiguió
buenos resultados (medición de resultados)
2) representa
aquellos procesos que están asociados con el logro de buenos resultados
(medición de proceso).
El proceso de
atención incluye elementos tales como medidas preventivas,
estudios diagnósticos, tratamientos y otras actividades en la atención del
paciente. Estos procesos no sólo implican el mayor componente del costo en
salud, sino que la forma en que estos cuidados son suministrados conduce a
un importante componente de la satisfacción o insatisfacción del paciente
con la atención.
Los
resultados clínicos incluyen morbilidad, mortalidad, estado de salud,
capacidad funcional y calidad de vida. Estos resultados pueden ser
incorporados dentro de los beneficios de la atención o el costo de las
complicaciones. La naturaleza de estos resultados pueden también
influenciar en la satisfacción o insatisfacción global con la atención.
Para tomar medidas
en relación a procesos o resultados se deben tener en cuenta las
características individuales y colectivas con que los pacientes ingresan a
la atención, tales como factores demográficos o de riesgo y el estado de
salud y funcional basal. Estos factores de ingreso determinan el “case mix”
o “severity mix” (según la composición de casos o severidad) de la
población asistida. Aunque no resulte una tarea sencilla, cada uno de
estos elementos del modelo de atención debería ser cuantificado. En la
medida en que se disponga de mayor número de datos, se podrán tomar
mejores decisiones y más ajustadas.
Las guías de
práctica clínica especifican procesos de atención que son conocidos o se
piensa que están relacionados con buenos resultados. Una medida de
desempeño que derive de una guía de atención es probable que sea un
indicador de calidad valedero si reúne estas tres condiciones:
1) las relaciones
entre proceso y resultado son conocidas
2) esa relación
forma la base de la guía de atención; y
3) los criterios
de revisión han sido fielmente derivados de la guía.
La última de
estas tres condiciones, derivación fidedigna de los criterios de revisión
de las guías, es más probable que ocurra si los temas importantes en los
criterios de revisión han sido considerados y se ha seguido un método
explícito.
INGRESO |
PROCESO DE ATENCIÓN |
RESULTADO |
|
|
|
Factores demográficos |
Medidas preventivas |
Mortalidad |
Factores de riesgo |
Estudios diagnósticos |
Morbilidad |
Capacidad funcional |
Procedimientos |
Capacidad funcional |
Estado de salud |
Tratamientos |
Estado de salud |
|
Otras actividades de la |
Calidad de Vida |
|
Atención del paciente |
|
|
|
|
"case mix" |
Costo de la atención |
Beneficio |
"severity mix" |
Satisfacción con el proceso |
Costo de la complicación |
|
|
Satisfacción con el resultado |
Las guías de
atención, los criterios de auditoría médica , las medidas de desempeño y
los estándares de calidad son herramientas que pueden ser utilizadas para
evaluación de calidad.
Las guías de
atención compilan evidencia científica disponible en especificaciones para
el proceso de atención que probablemente optimicen la efectividad (buenos
resultados). El desarrollo de guías de atención debería ser considerado
como la etapa de planificación de las mejoras de calidad, o el primer paso
para el manejo de la calidad.
Algunas definiciones para tener en cuenta son: |
Criterios de auditoría médica |
Enunciados desarrollados sistemáticamente que pueden ser utilizados
para evaluar decisiones específicas de atención, servicios y
resultados |
Medidas de desempeño |
Métodos o instrumentos para estimar o monitorear el grado en el cual
las acciones de un prestador conforman la guía de atención |
Estándares de calidad |
Enunciados que hacen referencia a 1) niveles mínimos de desempeño o
resultados 2) excelentes niveles de desempeño o resultados 3) el
rango de desempeño o resultados aceptable |
Los criterios de
auditoría y medidas de desempeño se utilizan para determinar el grado en
el cual la atención ha seguido procesos específicos y si los resultados
han sido logrados.
Medir el desempeño
es la forma de determinar que la atención coincide con las
recomendaciones. Las mediciones son comparadas con estándares de calidad,
al determinar si la atención ha cumplimentado o no las normas, y en base a
ello decidir que acciones deberían ser tomadas si correspondieran.
Para poder, en el
futuro, implementar estándares de calidad derivados de las guías de
atención, la metodología debería ayudar al sistema a traducir la
guía de atención en criterios de auditoría y medidas de desempeño.
El equipo
encargado de esta tarea debe establecer los temas que el servicio debe
enfrentar y desarrollar los estándares de calidad. La institución o el
servicio, de todas formas, debe decidir que criterio de auditoría, medidas
de desempeño o estándares de calidad debería desarrollar; como así también
determinar el nivel de desempeño que será el estándar de calidad que se
quiere alcanzar; y qué acciones tomar para mejorar la calidad de atención.
IV -b- Medidas de desempeño
Las medidas de
desempeño son un medio a través del cual se puede monitorear la calidad de
atención que se presta en un sistema de salud y si además ésta se presta a
conciencia en relación a los costos.
En Salud la
medición del desempeño es una detallada recolección y análisis de los
datos, producidos en el curso de un proceso asistencial, en aquellas áreas
para las cuáles existe una sólida evidencia de efectividad de tratamiento
dentro de rigurosos niveles científicos
Las mediciones de
desempeño pueden estar dirigidas a diferentes niveles del sistema de
atención, dependiendo del tipo de datos recolectados y las fuentes
utilizadas.
Los diferentes
niveles en los cuales las medidas de desempeño pueden ser evaluadas son:
·
planes
de salud
·
grupos
médicos
·
instituciones de segundo y tercer nivel
·
prestadores individuales
·
programas específicos de tratamiento (transplantes, hemodiálisis)
·
programas de salud pública
·
financiadores de atención
El desempeño puede
ser medido a través de varias dimensiones. Algunas, que actualmente pueden
verse limitadas por los sistemas de información disponibles, son:
·
efectividad clínica (aplicación de intervenciones de salud y su impacto en
los resultados)
·
acceso
a la atención
·
valor
de la atención
A menudo se hace
referencia al costo de la atención. El precio es un elemento
obviamente necesario para calcular el valor de la atención que es,
en realidad, la unidad de calidad por unidad de precio. El precio es sólo
la parte de la información que está más disponible. El precio es explícito
y fácil de obtener. La calidad es implícita y difícil de observar sin una
medición adecuada.
Medir la calidad
de atención es una tarea difícil por un sinnúmero de razones.
Particularmente la medición de resultados de la atención médica representa
un desafío extraordinario. La ocurrencia, curso y resultados de la mayoría
de las enfermedades es altamente variable, lo que dificulta aún más estas
tareas.
Para sortear los
obstáculos biológicos de las mediciones de desempeño, deben emplearse
diferentes abordajes, teniendo en cuenta sutiles variaciones. Sólo a
través de una adecuada combinación de estos abordajes los resultados de la
medición de desempeño pueden ser razonablemente interpretados.
Entre los
elementos más importante para conseguir mediciones de desempeño adecuada
pueden mencionarse
- Emplear una combinación adecuada
medidas de proceso y resultado
- Asegurarse que el número de
pacientes incluidos en una medida es suficiente para obtener
conclusiones válidas desde el punto de vista estadístico
- Asegurarse que las inclusiones y
exclusiones de la muestra estén bien especificadas
- Hacer todos los esfuerzos posibles
para emplear un método válido de ajuste en base al riesgo de los
pacientes
- Registrar cuidadosamente los
tiempos de los eventos diagnósticos y terapéuticos y registrar la
duración del seguimiento
- Definir y codificar claramente los
diagnósticos y procedimientos
- Incluir aquellos detalles clínicos
que probablemente varíen para cada enfermedad o condición bajo estudio
- Integrar informes de usuarios y
otros datos que no están incluidos en las historias clínicas o la
facturación
Una tema común a
todas estas consideraciones es la importancia de la precisión de los datos
y la información. La medición de desempeño para que sea exitosa requiere
excelente información, lo que en definitiva implica excelentes sistemas de
información. Esto no necesariamente implica una tecnología cara o
sofisticada sino más bien una adecuada metodología de recolección y
registro de datos que reflejen en forma objetiva y precisa los hallazgos
clínicos, que éstos estén adecuadamente codificados o estructurados y que
se hallen disponibles para su manipulación estadística y análisis.
Las mediciones del
proceso permiten medir la atención que reciben los pacientes. Si las
estrategias diagnósticas y terapéuticas, científicamente avaladas
expresadas en las GPC, son monitoreadas los problemas de calidad pueden
ser detectados mucho antes de que ocurran diferencias en los resultados.
El tratamiento del
infarto de miocardio es un buen ejemplo del poder potencial que tienen las
mediciones de calidad basadas en el proceso. Las investigaciones clínicas
han establecido claramente los beneficios de la reperfusión aguda, la
terapia con aspirina y beta bloqueantes y otros procesos en la atención.
En varios estudios se documentó la demora en llevar estas recomendaciones
a la práctica y las consecuencias adversas de estas demoras.
El Estudio
Cardiovascular Cooperativo llevado a cabo en los Estados Unidos confirmó
que variaciones en los procesos preventivos y terapéuticos explican
diferencias en las tasas de mortalidad por infarto de miocardio entre
hospitales; este proyecto también documentó mejoras en los resultados como
consecuencia de mejoras en el desempeño.
Es posible evaluar
la calidad de atención utilizando indicadores ya desarrollados previamente
o bien éstos pueden ser desarrollados a partir de las guías clínicas. Las
GPC sirven, o mejor dicho, deberían servir si están adecuadamente
implementadas, para que todos los pacientes con un problema determinado
sean sometidos a procesos de atención similares en todos los casos. Estos
procesos, claramente identificables en las guías, surgen de las mejores
evidencias científicas disponibles en el momento.
Debido a que si
los pacientes reciben el manejo indicado del problema los resultados serán
mejores, la medición de calidad a través de una GPC, es un proceso de
medición en el que se cuantifica el grado de cumplimiento de una guía.
Si se desarrollara
una guía local para infarto agudo de miocardio, debido a que las
evidencias indican, que la administración precoz de aspirina y beta
bloqueantes, por ejemplo, mejoran los resultados en el cuidado de estos
pacientes, los procesos de atención en la guía en desarrollo deberían
contemplar la administración de aspirina y beta bloqueantes. Por lo tanto
el cumplimiento de cada una de estas indicaciones, puede ser un criterio
de revisión de la atención de los pacientes con infarto de miocardio
siempre que no existan contraindicaciones –criterio de exclusión -
Ante un caso
individual evaluaríamos si el paciente no tenía contraindicaciones que lo
excluyeran del criterios y veríamos si se le administró la medicación o
no. Si no existían contraindicaciones y se le administró la medicación se
puede decir que el paciente fue correctamente asistido. No obstante, este
es un caso individual y poco nos aclara si la guía se cumple o no en forma
sistemática.
La forma de
evaluar el acatamiento o adhesión a las guías es a través del uso de
indicadores. El criterio de revisión, por ejemplo, administración de
aspirina puede ser convertido en un indicador, esto es la proporción de
pacientes con el problema que cumplieron con el criterio. Podemos decir
entonces que:
Un indicador es una variable mensurable que puede ser usada para
determinar el grado de adhesión a un estándar o logro en las metas de
calidad.
Si el paciente
tiene alguna contraindicación para recibir aspirina debe ser excluido de
la muestra, sólo para este indicador (criterio de exclusión). No obstante
este mismo paciente podría ser incluido en la muestra de otros indicadores
como el de administración de beta bloqueantes, si es que no tiene
contraindicaciones para éste.
Siguiendo con el
ejemplo anterior, si encontráramos 80 pacientes con infarto de miocardio
que no tienen contraindicaciones para recibir aspirina y a sólo 20 se le
hubiera administrado el medicamento estaríamos en condiciones de decir que
el indicador de administración de aspirina en el infarto de miocardio es
de
20/80= 0.25 =
25%.
En la situación
ideal debiéramos llegar al 100%. Podemos decir que el 25% de los pacientes
han sido tratados adecuadamente en base a este criterio o, lo que es lo
mismo, que el 75% de los pacientes no recibieron el tratamiento adecuado.
Este 75% define la
brecha entre el tratamiento recibido y el tratamiento óptimo que existe en
el servicio. Cerrar esta brecha implica avanzar sobre la calidad de
atención.
En este contexto es importante tener en cuenta que mejorar la adhesión a
la GPC implica tener mejores indicadores para cado uno de los criterios
que se decidan medir, o bien, reducir la brecha entre los niveles óptimos
de atención y la atención recibida (mejorar la calidad).
En este punto
debería fijarse el estándar de desempeño que se pretende alcanzar, por
ejemplo si nuestra medición inicial fue del 25 %, llegar a superar el 75%
en una primera fase, para luego seguir avanzando. Fijarse una meta es muy
importante para cuantificar los logros obtenidos hasta el momento.
Para evaluar el
proceso de desarrollo e implantación de una guía, es muy importante
conocer el nivel de atención antes y después de la implementación de la
guía. Es conveniente efectuar una evaluación retrospectiva de las
historias clínicas de los casos a que hace referencia la guía (si es que
se puede), efectuando una medición inicial hasta el momento en que la guía
fue aprobada.
Estos indicadores
deberían compararse con una medición posterior llevada a cabo después de
la implantación de la guía para poder medir las diferencias en el
desempeño. Esto constituye un primer paso concreto a las mejoras continuas
de la calidad de atención.
Los indicadores de
desempeño pueden hacer referencia al proceso o a los resultados de la
atención. Recientemente, ha resultado más claro que los indicadores
basados en resultados pueden tener limitaciones en su capacidad para
monitorear la calidad, surgiendo un gran interés en el uso de indicadores
de proceso. Esto se ha reforzado por las investigaciones que demuestran
una alta dispersión en los patrones de atención de los pacientes, aún para
aspectos de la asistencia que se basan en los más altos niveles de
evidencia.
En el siguiente
cuadro se describen las diferencias entre los dos tipos de
indicadores.
Mediciones Basadas
en Procesos |
Mediciones Basadas
en Resultados |
Revelan lo que se necesita para mejorar la atención |
No
revelan los requerimientos para mejorar la atención |
Detectan oportunidades de mejora si todos los prestadores logran
resultados similares |
No detecta oportunidades de mejora si todos los prestadores logran
los mismos resultados |
Requieren lapsos relativamente cortos para evaluar procesos de
atención |
Pueden requerir tiempos muy largos para muchos resultados en la
atención |
Resulta más probable que se pueda atribuir calidad de atención a
prestadores específicos |
Resulta menos probable que se pueda atribuir calidad de atención a
prestadores específicos |
Se
ajustan de acuerdo a los que pacientes que son asistidos, incluso
los criterios de calidad |
Requieren ajustes para establecer diferencias aunque esos ajustes
rara vez están disponibles. |
Necesitan menos pacientes para comparar prestadores (se pueden
comparar prestadores con pocos pacientes) |
Requieren más pacientes para comparar (los prestadores con pocos
pacientes no pueden ser comparados) |
Se
puede evaluar la atención prestada cuando se modifican los riesgos
para la enfermedad en los pacientes |
No
se puede evaluar la atención prestada cuando se modifican los
riesgos para la enfermedad en los pacientes |
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V. MEJORA DE LA CALIDAD Y LIDERAZGO
V -a- Mejora de la calidad
Mejorar la calidad
implica utilizar métodos apropiados para cerrar la brecha entre los
niveles alcanzados y los niveles esperados de calidad definidos por
estándares. Esta actividad de la gestión de calidad utiliza herramientas y
principios para comprender y abordar las deficiencias del sistema,
aumentar las fortalezas y mejorar los procesos de atención.
Como vimos en el
capítulo anterior, medir el desempeño es un paso muy importante. Si
tomamos como referencia al ciclo de Shewhart, medir sería el tercer paso
en el ciclo de calidad: Planificar – Ejecutar - Verificar – Actuar.
Existe una gran
variedad de abordajes para las mejoras de la calidad, dependiendo de la
estructura y del problema en dónde se quieran aplicar estas mejoras. Desde
la simple solución de problemas individuales, hasta la solución rápida de
problemas en equipo, soluciones sistemáticas de problemas en equipo y
rediseño y reestructuración de la organización. Algunas metodologías para
la mejora calidad, como las propuestas por el Quality Assurance Project,
incluyen:
- El abordaje en cuatro pasos a la
mejora de la calidad
- El espectro de los abordajes a la
mejora de la calidad
- Mejora del desempeño
V -b- Abordaje
en cuatro pasos a la mejora en la calidad.
La metodología de
mejora en la calidad ha evolucionado a lo largo de los años. Los intentos
iniciales en la mejora de la calidad asumieron que las mejora podrían ser
rápidamente lograda a través de la incorporación de más cosas o cosas más
nuevas, tales como nuevas máquinas, procedimientos, entrenamiento, o
insumos. Se pensó que simplemente incorporando más recursos, o estructura,
mejoraría la calidad.
Las personas que
han trabajado en calidad saben que el aumento de recursos no
necesariamente debe conducir a mejoras en la calidad. Un hecho fundamental
es que en muchos casos la calidad puede ser mejorada al desarrollar
cambios en los sistemas de salud sin necesidad de incrementar recursos
innecesarios. Mejorar los procesos de atención no sólo genera mejores
resultados, sino que también reduce el costo a través de la eliminación
del despilfarro, trabajo innecesario o repetición del mismo.
La inspección de
las actividades o procesos principales es un abordaje que los
administradores han utilizado para identificar y resolver problemas. Este
método implica un incremento del control sobre el personal y, a menudo,
responsabilizado a las personas por los errores.
Esta filosofía de
mejorar la calidad mostró éxitos limitados porque no necesariamente
identificó barreras para las mejoras o generó apoyo del personal, debido a
que mostraron resistencia a ser evaluados. Por el contrario, los abordajes
actuales a las mejoras en la calidad examinan cómo pueden ser cambiadas
las actividades de tal forma que el personal pueda hacer mejor su trabajo.
Por ejemplo, un bajo desempeño en un empleado puede originarse por la
falta de suministros, procesos ineficientes, o la falta de entrenamiento o
de conducción más que por el desempeño del trabajador en sí mismo.
La filosofía
compartida actualmente es que tanto los recursos como las actividades
llevadas a cabo deben ser dirigidas en forma conjunta para asegurar la
mejora de la calidad de atención. El Quality Assurance Project, por
ejemplo, en base a sus experiencias adquiridas a lo largo de estos años,
define a la mejora de la calidad en cuatro pasos principales.
Primer Paso.
Identificar:
determinar qué mejorar
Segundo Paso.
Analizar:
comprender el problema
Tercer Paso.
Desarrollar:
establecer hipótesis acerca de qué cambios van a mejorar el problema y
desarrollar soluciones estratégicas basadas en estos cambios.
Cuarto Paso.
Probar e implementar:
probar la solución planteada.
La mejora de la
calidad no está limitada a llevar a cabo estos cuatro pasos, sino a poner
énfasis en la búsqueda continua de cómo mejorar la calidad. Cuando se
consiguen mejoras en la calidad, los equipos pueden continuar en la
búsqueda de nuevas mejoras para el mismo problema u otros que hayan sido
identificados.
Primer Paso:
Identificar.
La meta del primer paso, identificar, consiste en determinar qué mejorar.
Esto puede involucrar un problema que requiere una solución, una
oportunidad para mejora que requiera definición, o un proceso o sistema
que requiera ser mejorado. Entre los problemas o procesos que son
comúnmente identificados puden mencionarse la baja cobertura,
recomendaciones inadecuadas, falta de medicamentos, informes de
laboratorio perdidos y tiempos de espera excesivos. Este primer paso
requiere reconocimiento y oportunidad para la mejora y por consiguiente
establecer una meta para mejorarlo. La mejora de calidad comienza por
efectuar las siguientes preguntas:
¿Cuál es el
problema?
¿Cómo sabe que es
un problema?
¿Con qué
frecuencia ocurre, desde cuando existe?
¿Cuáles son los
efectos de este problema?
¿Cómo sabemos
cuándo está resuelto?
Segundo Paso:
Analizar.
Una vez que las áreas para mejora de calidad han sido identificadas, el
segundo paso es analizar lo que se necesita saber o entender acerca de
esta oportunidad antes de considerar los cambios. Los objetivos de los
estadios de análisis pueden ser cualquier combinación de las siguientes:
- Clarificar por qué el proceso o
sistema produce el efecto que se desea cambiar
- Medir el desempeño del proceso o
sistema que produce el efecto
- Formular preguntas de
investigación como las siguientes:
- Quién está involucrado o
afectado?
- Dónde ocurre el problema?
- Qué sucede cuando ocurre el
problema?
- Por qué ocurre el problema?
Para alcanzar
estos objetivos, este paso requiere el uso de datos existentes o la
recolección de datos. El grado en el cuál los datos son requeridos depende
del tipo de mejoras de la calidad elegido. Las técnicas que analizan
problemas requieren clarificar procesos a través de diagramas de flujo o
análisis de causa-efecto, revisar los datos existentes, y, cuando se
requiera , recolectar datos adicionales.
Tercer Paso:
Desarrollar.
El tercer paso, desarrollar, utiliza información obtenida en los pasos
anteriores para explorar qué cambios producirían mejoras. Se formula una
hipótesis acerca de cuáles cambios, intervenciones, o soluciones
reducirían el problema, y, por lo tanto, mejorarían la calidad de
atención. Se desarrolla, entonces, una estrategia de solución basada en
esta hipótesis. Es importante recordar que en este punto la hipótesis es
predominantemente teórica, en la medida en que no ha sido probada. Una
hipótesis es una asunción tentativa hecha para medir sus consecuencias. Se
basa en los conocimientos y creencia de las personas acerca de las causas
probables y soluciones del problema.
Cuarto Paso:
Probar e implementar.
Este paso, probar e implementar, está basado en los tres primeros. Una
hipótesis se prueba para ver si la intervención propuesta o solución
produce las mejoras esperadas. Debido a que las intervenciones que prueban
ser efectivas pueden no arrojar resultados inmediatos, es importante dar
un tiempo para que ocurra el cambio durante el proceso de prueba. El
resultado de esta prueba determinará el paso siguiente.
Determinar el paso
siguiente después de la prueba de solución
Resultado de la
Prueba |
Próximo Paso |
El cambio propuesto no produjo una mejora. |
Comenzar nuevamente el proceso de mejoras y buscar falencias en el
cambio propuesto |
El cambio propuesto produce mejoras que no son totalmente
satisfactorias. |
Modificar el cambio propuesto y entonces probar nuevamente la
modificación. |
El cambio propuesto arroja resultados satisfactorios |
Comenzar la implementación del cambio o la intervención. |
V -c- El espectro de los abordajes a las mejoras de la
calidad
Solución
individual del problema.
La solución
individual de problemas es el enfoque más simple de mejoramiento de la
calidad. El enfoque se puede encontrar en el trabajo cotidiano cuando las
personas identifican problemas aparentes, reconocen su capacidad de
solucionarlos y se sienten con el poder para hacer los cambios necesarios.
Lo más destacado de este enfoque es que se usa para abordar problemas que
no son interdependientes con otras personas. Esto significa que una sola
persona puede tomar e implementar las decisiones necesarias para enfrentar
ese problema. La solución individual de problemas requiere poco tiempo y
datos y es la menos compleja en términos metodológicos.
Solución rápida
de problemas en grupo.
La solución rápida de problemas en grupo es un abordaje en el cual una
serie de pequeños cambios progresivos se prueba –y posiblemente se
implemente- en un sistema para mejorar la calidad. Este abordaje conlleva
muchas pruebas de pequeños o medianos cambios individuales en sistemas
similares. Al igual que la solución individual del problema, este abordaje
puede ser utilizado en cualquier lugar, aunque generalmente requiere que
los equipos tengan alguna experiencia en la solución de problemas y/o
busquen un mentor para ayudar a implementar este abordaje rápidamente.
Este abordaje a la mejora de calidad es menos riguroso en tiempo y
recursos que los dos abordajes siguientes porque se basa mayormente en
datos existentes y en la intuición del grupo, minimizando, por lo tanto,
procedimientos prolongados de recolección de datos. La solución rápida de
problemas en equipo puede incluir un análisis de las causas, pero
implementado en una forma menos rigurosa que en la solución de problemas
sistemática. Los grupos son generados ad hoc (en forma temporaria) y se
disuelven una vez que se consigue el nivel deseado de mejora.
Solución
sistemática de problemas a través de equipos.
Se usa a menudo para problemas complejos o recurrentes que requieren un
análisis detallado; frecuentemente produce cambios significativos en los
sistemas o procesos. Lo fundamental en este abordaje es un estudio
detallado de las causas de los problemas para poder desarrollar soluciones
de esta forma. Este análisis detallado generalmente involucra recolección
de datos y, por lo tanto, a menudo requiere tiempo y recursos
considerables.
Mejoras en los
procesos.
El más complejo de los cuatro abordajes, la mejora en los procesos
involucra un equipo permanente que continuamente recoge, monitorea y
analiza datos para mejorar un procesos principal a lo largo del tiempo.
Las mejoras en los procesos generalmente ocurren en organizaciones donde
se designan recursos permanentes en la mejora de calidad. El equipo
permanente puede usar alguno de los otros tres abordajes para la mejora de
la calidad, por ejemplo, formar equipos ad hoc para resolver problemas
específicos. La mejora en los procesos se usa a menudo para garantizar la
calidad de servicios de cierta relevancia en instituciones de salud.
Debido a que este abordaje es usado a menudo para responder a procesos
centrales de un sistema, varios involucrados contribuyen a esta etapa del
análisis. La tabla siguiente compara los cuatro abordajes en mejoras
continuas.
|
Solución Individual
de Problemas |
Solución Rápida de
problemas en Equipo |
Solución Sistemática
de problemas en Equipo |
Mejoras en los
Procesos |
Cuándo Usar el
abordaje |
Cuando se sabe que el
problema depende de una sola persona |
Cuando el equipo
necesita resultados rápidos y cuenta con muchas ideas intuitivas |
Cuando el problema es
complejo, recurrente o requiere análisis |
Cuando un proceso
principal o sistema requiere monitoreo continuo o mejoras continuas |
Equipos
|
Innecesarios |
Ad hoc |
Ad
hoc |
Permanentes |
Datos
|
Casi ninguno |
Puede funcionar con
pocos datos |
Necesita datos para
llevar a cabo análisis de raíz de las causas para comprender las
causas del problema |
Puede requerir datos
del monitoreo continuo, puede necesitar recolectar más |
Tiempo |
Poco |
Poco |
Limitado al tiempo
necesario |
Continuo |
En suma, la
experiencia en mejoras de la calidad se ha transformado en una metodología
más simple, más robusta, y la aplicación de la metodología de mejoras de
la calidad a un rango más amplio de establecimientos ha sido más clara.
Los establecimientos incluyen tanto ambientes asistenciales como no
asistenciales, y sus abordajes van desde solución individual del problema
hasta mejoras del proceso por equipos permanentes. En todos estos
abordajes, la metodología y los principios permanecen intactos, aunque sus
métodos específicos pueden variar.
V -d- Mejoras
del desempeño
La mejora en el
desempeño (MD) es una metodología para mejorar la calidad institucional y
el desempeño individual. La MD creció a través de la idea de que un
desempeño pobre en la tarea rara vez se debe solamente a la falta de
habilidades y conocimientos del que la realiza, sino generalmente a otros
factores en el sistema. La sociedad internacional de mejoras del desempeño
(International Society for Performance Improvement) la define como una
serie de métodos y procedimientos, y una estrategia para solucionar
problemas, como una forma de revelar oportunidades relacionadas al
desempeño de las personas. En realidad es una combinación sistemática de
tres procesos fundamentales: análisis del desempeño, análisis de las
causas, y selección de la intervención.
La MD se refiere
al desempeño humano dentro de las organizaciones a nivel individual, de
los procesos y de la organización. Utiliza un método sistemático que
consta de cinco pasos.
- Conseguir el acuerdo para la meta
del proyecto de todos los grupos, interesados con el que promueve la MD.
- Llevar a cabo una evaluación de
las necesidades de desempeño para identificar brechas en el desempeño y
sus causas radicales.
- Diseñar las intervenciones para
cerrar la brecha.
- Implementar las intervenciones.
- Evaluar el cambio en la brecha de
desempeño.
La figura siguiente
describe el proceso de mejoras del desempeño. Como se ilustra en el
gráfico, la MD
es un proceso
sistemático que considera el contexto institucional, identifica brechas
entre el desempeño encontrado y el esperado, determina sus causas de
fondo, elige una o más soluciones destinadas a cerrar la brecha, y mide el
cambio en el desempeño. La evaluación de necesidades de desempeño
identifica el desempeño existente o competencia, comparando el estado
deseado con el estado actual, y busca la causa de fondo que motiva el
pobre desempeño.
Los que
implementan MD también identifican la necesidad de entrenamiento futuro
cuando existan nuevas tareas, o se introduzcan equipamiento o técnicas,
anticipando las futuras deficiencias a medida que las tareas cambian. El
análisis de las causas de fondo asegura que las intervenciones
recomendadas se basen en los datos y lo que realmente se necesita. A
menudo, se implementa una combinación de intervenciones como parte de una
solución comprensiva para dar respuesta a las deficiencias de múltiples
factores. Las intervenciones en MD incluyen muchas de las mismas
intervenciones utilizadas en actividades de mejoras de la calidad tales
como: sistemas de información, ayudas laborales, apoyo en el desempeño,
selección de personal, supervisión, sistemas de evaluación, mentores o
entrenadores, documentación, formación de equipos, y entrenamiento y
educación.
V -e- El rol del liderazgo
Tal como ocurre
desde equipos de fútbol hasta las grandes empresas, la importancia de un
buen liderazgo resulta cada día más importante dentro de la actividad
asistencial. Este rol principal dentro ha ido cobrando importancia
gradualmente y, actualmente, ha sido reconocido como vital (NHS
Executive, 1999) especialmente en el desarrollo de la calidad de atención.
En el caso de la atención de la salud existe una distinción entre los
directivos administrativos y el liderazgo clínico que puede existir en las
personas de grupos profesionales, como médicos o enfermeras, que son la
cara de la atención y a quienes los pacientes tienen más presente.
Existe otro tipo de líder del que se piensa que es muy importante en
términos de calidad, los “líderes de opinion” que han demostrado su
influencia en los cambios inherentes a la atención basada en la evidencia
(Thomson, Oxman y Haynes). Dentro del ambiente asistencial estas
habilidades de liderazgo son muy valiosas en tanto estén alineadas con los
propósitos de la organización como un todo.
El liderazgo
existe a todos los niveles dentro de una institución (Ilgen), y
habitualmente incluye tareas de gestión. Sin embargo, la gestión ha sido
vista como la búsqueda de un orden y estabilidad, mientras que el
liderazgo se centra en el cambio adaptativo y constructivo. Los líderes
son más proclives a producir y manejar períodos de estabilidad, a menudo
mientras se planifican cambios futuros, lo que resulta clave en la
implementación de guías clínicas.
Como en toda
actividad humana, el cuidado de la salud no escapa a los errores u
omisiones. Un buen liderazgo puede ser juzgado también por la capacidad de
demostrar que sus equipos detectan los errores y aprenden de ellos (Edmondson),
más que simplemente registrar e informar el número de errores producidos.
Es importante la
convocatoria de los líderes a generar un ambiente de pensamiento creativo
y que sean capaces de proveer al personal la mayor discreción y el control
posible, características que demostraron ser capaces de reducir el
stress en el personal (Payne, 1999) y crear un sentido de justicia
en los mismos que conduzca a una mayor satisfacción con los líderes (Phillips,
Douthitt y Hyland ).
Un estudio (Firth-Cozens
y Mowbray) ha demostrado que las capacidades de liderazgo pueden producir
beneficios reales en el cuidado de los pacientes. También es importante
resaltar que cualquier juicio acerca de un liderazgo debe ir más allá de
la evaluación del desempeño y debe contemplar el bienestar del personal,
las formas que el personal desarrolla sus fortalezas, y la forma en que
los líderes pueden demostrar que son capaces de reconocer y aprender de
los errores y falencias que forman parte de la atención médica.
El liderazgo,
tanto a nivel clínico como administrativo, resulta crítico para que el
proceso de cambio siga su evolución sin fisuras y pueda alcanzar los
objetivos propuestos. Sin este requisito indispensable, la experiencia de
implementar una guía clínica, medir desempeño o intentar mejorar procesos,
puede ser una actividad que impacte muy poco en la institución, más allá
de los esfuerzos individuales que requieren estas tareas.
Referencias
- U.S. Agency for International
Development (USAID). The Quality Assurance Project. Methods and Tools.
Improving Quality in http://www.qaproject.org/methods/resimprove.html
- NHS Executive. Leadership for
health: the health authority role. London: NHS Executive, 1999.
- Ilgen DR. Teams embedded in
organisations. Some implications. Am Psychologist 1999;54:129–39.
- Kotter JP. A force for change:
how leadership differs from management. New York: Free Press, 1990.
- Payne R. Stress at work: a
conceptual framework. In: Firth-Cozens J, Payne R, eds. Stress in health
professionals. Chichester: John Wiley & Sons, 1999:3–16 .
- Phillips JM, Douthitt EA,
Hyland MAM. The role of justice in team member satisfaction with the
leader and attachment to the team. J Appl Psychol 2000;86:316–25.
- Thomson MA, Oxman AD, Haynes RB,
et al. Local opinion leaders to improve health
professional practice and health care outcomes (Cochrane Review) In: The
Cochrane Library. Issue 1. Oxford: Update Software, 1999.
- J Firth-Cozens and D Mowbray.
Leadership and the quality of care. Qual. Health Care, Dec 2001; 10: 3ii
– 7
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