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En la primera visita al consultorio odontológico, es recomendable hacerle al
niño solamente el examen clínico y su historia clínica. El
profesional debe explicar al niño y a los padres en qué consistirá el
tratamiento dental.
Ambos padres deberían acompañar al niño en su primera consulta.
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Durante las visitas sucesivas los
padres no deben permanecer en el consultorio, con el fin de que el
odontólogo pueda establecer una relación estrecha y directa con el pequeño
paciente.
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Si en las primeras citas su hijo no colabora y no se le puede hacer nada, no
se enoje. Es un comportamiento normal;
no se inquiete si escucha llorar o gritar a su hijo en el transcurso de la
consulta. Estas son reacciones normales ante el miedo. Los niños suelen
asustarse ante cualquier cosa nueva o extraña.
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No lleve a su hijo al dentista
mediante engaños o mentiras, o con promesas de regalos si se porta bien.
Tampoco amenace a su hijo con llevarlo, si se porta mal en casa o la
escuela; el niño debe acostumbrarse a ir voluntariamente al
consultorio.
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No espere a que su hijo manifieste
dolor dental, o tenga la cara inflamada para ir al odontólogo.
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Es necesario tener un cambio de
actitud, en el cuidado dental de la familia y que la consulta sea para
mantener el estado de salud bucal y no solo para iniciar un tratamiento
dental.